¿Existen los huesos anchos y de verdad son responsables del sobrepeso?
No existen. Claudette Lajam, médico experta en cirugía ortopédica en el NYU Langone Hospital for Joint Diseases y vocera de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, señala que las personas corpulentas parece que tienen ‘huesos anchos’ debido al tejido blando y grasoso alrededor de ellos y los músculos, pero que en realidad sus huesos pueden ser incluso pequeños. “Tampoco es una cuestión de la densidad ósea, la cual es una medida de la cantidad de calcio y otros minerales que hay en los huesos, y no tiene nada que ver con lo grandes que son”, afirma.
Somos genética de pies a cabeza: la forma de nuestro cabello, el color de ojos, la forma de labios, las enfermedades que vamos a desarrollar, ciertas actitudes y gestos, nuestra manera de caminar… lo anterior es definido, en cierta medida, por la genética que llevamos en nuestro organismo. Para desgracia de muchos y fortuna de varios, lo mismo pasa con nuestro peso: un cuerpo esbelto o corpulento depende en gran medida de cuestiones hereditarias.
Si tus padres, abuelos o tíos son de complexión delgada, es muy probable que tú también lo seas; caso contrario a los que ven con cierto desánimo que en su familia prevalece la tendencia a engordar. Sin embargo, estas reglas a veces se rompen. La manera en que nuestro cuerpo resuelve problemas de quema de grasa, el comportamiento del metabolismo y todo lo que conlleva a bajar o subir de peso es algo extremadamente complejo que contempla muchas variables.
Alrededor del tema se han tejido todo tipo de cuentos extraños como el de los ‘huesos anchos’, a los que muchos arrojan injustamente la culpa del sobrepeso.
Éstas son las cosas que debes saber sobre tu peso para tener una información más clara y no creer en mitos:
Dormir lo suficiente es esencial para mantener un peso adecuado
Cuando duermes menos de 7 horas al día se produce una alteración en la producción de dos hormonas que intervienen en el proceso de adelgazamiento: la grelina, que estimula el apetito y se produce en mayor cantidad cuando se duerme poco y la leptina, que disminuye y cuya función es enviar la señal a nuestro cerebro de que estamos llenos. Esta combinación puede resultar fatal en tus aspiraciones de bajar de peso.
Sí, el agua es fundamental
El agua no contiene calorías y ayuda a que el organismo filtre los desechos de la sangre. Además tiene la capacidad de dar una sensación de saciedad. Todo ello provoca que nutricionistas como el italiano Nicola Sorrentino, profesor de Higiene Nutricional en la Universidad de Pavia, la vean como uno de los alimentos esenciales para mantener el peso ideal. Sorrentino afirma que beber dos vasos de agua (medio litro) al día, aumenta un 30% la tasa metabólica si se hace a temperatura ambiente, es decir, se aumenta 30 % la velocidad para quemar calorías.
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Pero no lo es todo…
A la cantidad de agua hay que sumarle la cantidad adecuada de ejercicio, sueño, alimentos, descanso, abstinencia de alcohol y tabaco y la realización de otros hábitos saludables para ver reflejado un peso adecuado en tu cuerpo. Todo ello siempre debe contar con la guía y aprobación de un especialista.
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¿Qué hay con las calorías?
Todas las calorías son iguales, independientemente de la fuente de la cual procedan. 1 gramo de proteína contiene 4 kcal, 1 gramo de grasa 9 kcal y 1 de alcohol 7 kcal; todas se queman y repercuten de forma distinta dependiendo de tu tipo de organismo.
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La verdad tras los productos milagro
La gran mayoría de los estudios sobre los productos que prometen bajar de peso de manera drástica coinciden en que la ‘efectividad’ de los mismos se basa en un efecto placebo: a partir de que las personas los comienzan a tomar, empiezan a ser más responsables con su alimentación y hábitos, lo cual invariablemente las lleva a tener éxito en su misión de bajar de peso. Por lo tanto, mejor sé responsable desde un inicio.
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Por salud y para sentirte bien contigo mismo atiende los siguientes consejos para lograr tu peso ideal, los cuales serán esenciales para que no cometas los errores que a veces te impiden a hacerlo.