¿Te imaginas cómo sería un mundo perfecto? Uno en donde todos se comportaran de la misma manera y fueran como robots sin emociones. Nada de hacer locuras y vivir alineados haciendo las cosas como deben ser, sin importar lo que queremos.
Yo por ejemplo, no me imagino cómo sería mi vida sin mi amigo que se pasa de sincero, ése que siempre dice todas las verdades. Tampoco sin mi amiga que no puede contener la risa y hace ruidos extraños cada vez que algo le causa gracia. No le importa dónde ni con quién esté, siempre termina contagiando a todos con su risa nada discreta.
Las mejores historias siempre terminan en carcajadas. También es cierto que las mejores cosas suceden sin planearlo. Yo estoy totalmente de acuerdo porque he sido víctima y esos desperfectos con los que no contaba, me han regalado momentos insuperables que no cambiaría por nada.
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Cuando llueve en tu cumpleaños
No te gustan mucho las fiestas, de hecho no eres como todas esas personas que esperan con ansias su cumpleaños, pero esta vez cumples 25 y le has destinado semanas a la organización de tu fiesta porque tienes ganas de celebrarlo a lo grande.
Todo está listo y cuando menos lo esperas, comienzan a caer las primeras gotas anunciando el tormentón que está a punto de caer. ¡Sí! Increíblemente cumples años en primavera, hace mucho que no llovía y la mujer que da el clima en la televisión dijo que el sol iba a salir.
Recuerdas por qué nunca festejas tu cumpleaños y comienzas a caer en la depresión por una fiesta que ha sido arruinada, pero sin pensarlo, tus amigos ruidosos, confianzudos y desesperados te toman de la mano para sacar sus mejores pasos bajo la lluvia. Todos los globos se poncharon, la comida se arruinó y qué decir de tu ropa, pero nada de eso importa. La lluvia convirtió esa fiesta en un momento inolvidable que difícilmente alguien podrá superar.
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Cuando terminas en el peor lugar del mundo
Hace mucho tiempo que no ves a tus amigos. Desde que salieron de la carrera lo han intentado, pero fallan, hasta que por fin sucede un milagro: todos se ponen de acuerdo para verse. No es un sueño, en verdad sus horarios se acoplaron y se reunirán para cenar porque quieren algo “tranqui”.
Bueno, en realidad sí faltaron uno o dos, pero la mayoría está ahí y es lo que importa.Van al lugar acordado, el bar al que siempre iban porque la pasaban increíble. Cuando llegan, ¡sorpresa!, resulta que hace mucho cerró, pero no se habían dado cuenta porque como era de esperarse, desde que salieron de la escuela no volvieron. Nunca falta el amigo que cree saberlo todo y propone un lugar en el que hay buen ambiente y “no está tan lejos”.
Cuando llegas te das cuenta que no era como lo platicaron. Las mesas están a punto de caerse, no cabe ni una persona más y en general, su apariencia no te da nada de confianza. Pero tienes enfrente a los amigos con los que pasaste una de las mejores épocas en tu vida, así que no importa nada más. El ambiente cada vez empieza a ponerse mejor y de un momento a otro, ya estás bailando sobre la mesa, sí, una de ésas que creíste estaban a punto de caer.
La noche se va entre carcajadas, baile y recuerdos. Por dentro agradeces que el bar al que iban a ir estuviera cerrado, porque si te dieran a elegir, no cambiarías nada de esa noche insuperable.
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Que te cancelen a última hora
No existe cosa que odies más en la vida que te cancelen los planes a última hora, pero después de tantas veces donde te quedaste vestido y alborotado, llegó tu momento de triunfo.
Todos, pero absolutamente todos tenemos el famoso amigo impuntual. Un día estás en el antro porque hace mucho que no se ven y como es su costumbre, ha pasado media hora sin que dé señal de vida. Ya estás ahí, de hecho te adelantaste a pedir el primer trago y de pronto te llega un mensaje: “perdón, tuve un problema y ya no voy a poder llegar”. No importa cuántos emojis tiernos ponga para pedir perdón, en ese momento lo único que quieres es matarlo.
Pero ya traes el outfit al que le dedicaste horas, todavía no te terminas tu coctel y la música ha hecho efecto en ti. Te enojas un poco, pero decides quedarte y no dejar que nada arruine tu noche. Enseguida y cuando menos te das cuenta, ya estás en la mesa de un grupo de amigos que apenas conoces, pero que ríen a carcajadas como si se conocieran de años.
Ahora los tienes a todos en Facebook y ya están planeando su próxima salida. ¡Gracias, amigo impuntual!
Por cosas como éstas, en Chip´s creemos que las mejores cosas son las que dejamos ser como son. Como nuestras papas, unas más doraditas que otras, dobladitas, de diferentes tamaños y con un crunch sin igual. Chip´s: naturales, reales, de verdad.
Chip’s, Mejor que Perfectas.