No pudiste detenerlo, no pudiste controlar la situación y se te fue de las manos porque en el corazón no se manda. No fue una buena idea, pero eso no es lo que te define como persona, tranquila; te enamoraste, no estaba en tus manos. Sucedió sin esperarlo, sin que te dieras cuenta y lo estabas tanto que sólo pensabas en él y en ti, en ustedes dos, en ella no. Ya diste el primero paso, reconociste que fue un error y ofreciste disculpas, pero ahora es momento de que continúes con tu vida y que te preocupes por ti. Después de esto quizá pienses que no mereces ser amada, que no mereces ser feliz por haber lastimado a otra mujer, sin embargo, debes pensar también en ti. Sí, fue un error, pero nadie podía controlar lo que sentía tu corazón y, como todo el mundo, mereces otra oportunidad.
Mereces a una persona que no te ame a medias, sino toda completa. Mereces a un hombre que no te esconda, que no tenga que dividirse, que no tenga que estar repartiendo su amor porque éste debe ser sólo para ti. Mereces a un hombre que se arriesgue a dar todo por ti, que quede anonadado cada vez que te mire, uno que no tenga dudas de estar contigo; que se mantenga a tu lado sin miedos, sin juegos y sin mentiras. Mereces ser amada tanto como has amado tú y hasta más.
Deja de culparte, él fue quien tomó la decisión de ser infiel; él fue quien decidió no valorar ninguno de los amores que le daban las dos. Si no la hubiera engañado contigo, lo habría hecho con alguien más. Lo importante que es tú ya has salido de ahí y, créeme, fue lo mejor. La situación acababa contigo poco a poco, cargabas responsabilidades de alguien más, además del dolor que te provocó amar a una persona que no te amaba de la misma manera.
Ningún ser humano es perfecto, no te sientas mal por hacer lo que tu corazón te dijo, sin embargo, es hora de que te quieras, te ames y te valores más. No mereces ser “la otra” de alguien, ni tú ni nadie. Mereces un amor bonito, uno enorme lleno de felicidad, uno que esté dispuesto a dar lo mismo que tú has dado. Mereces ser feliz. Mereces amar y ser amada.
Ese triángulo amoroso formará parte de tu pasado; ahora será una lección, un aprendizaje, una enseñanza del amor, pero más del desamor. Será de esas relaciones que te hacen ver qué es lo que precisamente no buscas en tu próxima pareja y, sobre todo, podrás decir ‘no’ a algo que no quieras. Puedes volver a enamorarte y que se enamoren de ti, no puedes seguir cargando con el peso de una mentira; libérate, cree en ti, cree en quien eres y no en la persona que él te dijo que eras. Mira hacia enfrente y ve todo lo que la vida te ha guardado.
Busca la paz que necesitas, mereces estar tranquila. Mereces trabajar contigo para proteger tu corazón y repararlo del dolor inmenso que aquella relación te dejó. No te preocupes, el tiempo se encargará de mandarte a esa persona que complementará contigo, la persona que te amará de pies a cabeza y no a medias. Al hombre que verá en ti mucho más que tu pasado, alguien que te convencerá de que eres la única porque así será.
Mereces ser amada, tan amada que te quedes sin fuerzas y sea ese amor el que te ayude a sostenerte y ya no la gravedad. Uno que te alborote el estómago, que dibuje brillo en tus ojos, que te haga temblar las manos pero que al mismo tiempo te dé paz.
Sana tu heridas, construye tu seguridad y no te conformes con amores a escondidas. Mereces ser amada sin importar tu pasado, mereces a alguien que abrace de ti y de tu corazón.
VER MÁS:
Razones por las que sigues en una relación tóxica, según 10 mujeres.
10 formas de saber que tú fuiste la persona tóxica en la relación.
La razón por la que siempre terminas en una relación tóxica.