Seguramente ya escuchaste la declaración del Papa Francisco que le ha dado la vuelta al mundo sobre las parejas que deciden no tener bebés: llamó “egoístas” a quienes prefieren tener perros y gatos e incluso pidió a San José que “mueva conciencias” para que más parejas tengan hijos. De lo contrario, dice, la civilización corre peligro de envejecer sin humanidad. ¡Se parece tanto a los comentarios de tus tíos en la cena de Navidad!
“Lo que tenemos hoy es una forma de egoísmo”, dijo el pontífice de la Iglesia católica. “Hay tantas parejas que no quieren tener hijos. Ahora gatos y perros ocupan ese lugar. A veces hay parejas que tienen un solo hijo y, en lugar de otros niños, varios perros y gatos ocupan su lugar. Es gracioso, pero es la realidad”.
Sin embargo, lo que el Papa Francisco ignora es que las y los jóvenes en edad reproductiva tenemos buenas razones para no tener hijos… o tenemos pocos y les inculcamos la responsabilidad y el amor hacia una mascota:
La desigualdad
A veces no es que no queramos, es que vivimos en un sistema socioeconómico desigual en el que millonarios como Jeff Bezos o Elon Musk (quien, por cierto, también cree que las personas deberíamos tener más hijos) pueden reproducirse sin preocuparse por lo que comerán mañana, mientras que millones de personas deben trabajar durante semanas para lograr satisfacer sus necesidades básicas de vivienda, alimento y educación.
Si no naciste en la riqueza ni perteneces a esa minúscula élite, es muy probable que traer hijos al mundo te cueste muchísimo más. El problema no es la sobrepoblación, sino la distribución injusta de los recursos.
El futuro apocalíptico
No es ningún secreto que nuestro planeta atraviesa por una crisis climática sin precedentes, cuyas consecuencias incluyen sequías, escasez de agua, inundaciones, incendios, aumento en el nivel del mar, deshielos, tormentas y la extinción de miles de especies de la biodiversidad. Y aunque las personas comunes hagamos nuestra parte para reducir nuestra huella de carbono, nada cambiará mientras las grandes empresas sigan priorizando sus ganancias sobre la vida en el planeta. ¿Es ese el mundo que queremos para los seres humanos del futuro?
Mucha gente dirá que es mejor no tener hijos porque “ya somos muchos”. Sin embargo, lo cierto es que los problemas del mundo tienen que ver más con las megacorporaciones contaminantes y depredadoras que con los bebés. Y no vemos al Papa Francisco diciendo que “el Capitalismo Salvaje es egoísta y está destruyendo a la humanidad y atenta contra las enseñanzas de Cristo”. Muy por el contrario, usa las mismas prácticas de esos empresarios para difundir sus mensajes de odio.
Los gatitos y perritos son bonitos
Dicho lo anterior, ¿por qué vamos a mentir? Los animales son lo máximo. ¿Alguna vez el Papa Francisco se habrá despertado con el ronroneo de un gatito acurrucado a su lado? ¿O habrá llegado a casa después de un largo día de trabajo para ser recibido con la alegría de un perrito que quiere correr y jugar? Las mascotas son compañeras y el amor que te otorgan es incuantificable: están felices contigo por quien eres realmente.
Es por eso que los seres humanos también tenemos una gran responsabilidad con los animales. Ellos nos necesitan porque nosotros somos su manada. Y eso, también, es una enseñanza valiosa para niñas y niños.
Los animales no te juzgan
Nunca vas a escuchar a un perrito criticarte por no tener hijos o por sí tenerlos. Punto para los perritos.
Nuestro cuerpo es nuestro
Las decisiones que tomamos respecto a nuestra vida sexual y reproductiva son solo nuestras. No tienes por qué darle explicaciones a nadie al respecto: ni a la familia que te hace preguntas incómodas en Navidad ni al máximo representante de la Iglesia (aunque ya lo hice en los puntos anteriores, pero es poco probable que este texto llegue a ojos del mismísimo Papa Francisco). Como dice la canción: ¡Mi cuerpo es mío y solo mío!