La comedia es fundamental para el desarrollo de una civilización inteligente. Una sociedad moderna y sana requiere de comedia para subsistir. De este modo, los grandes genios de la sátira han marcado generaciones y dejado huella en millones de personas. Sin ir muy lejos podemos mencionar a los grandes Jon Stewart, John Oliver o Stephen Colbert, que difunden los duros acontecimientos del mundo con una mirada crítica, pero siempre con un discurso ligero y ácido.
En la ya legendaria caricatura “South Park” —creada por Trey Parker y Matt Stone en 1997— se mofaban de todo y todos, pero la mayoría de las veces con un mensaje que reflejaba lo bochornosa y patética que puede resultar nuestra sociedad. No podemos hacer la vista gorda ante Chumel Torres, el mexicano que hace reír a millones con chistes simplones, pero espectaculares sobre las noticias. La risa tiene ese poderoso efecto de generar empatía con quien genera las bromas desde una cercanía casi íntima y profunda. Los comediantes se convierten en la voz de la gente, el reflejo de toda una cultura y, en cierta medida, ellos pueden decir lo que el resto no se atreve.
¿Pero qué pasa cuando la comedia carece de una responsabilidad social? Piénsalo, cualquier comedia relevante en los últimos tiempos tiene mensajes profundos que vale la pena analizar. El medio en el que crecen los mayores comediantes también ha cambiado. Antes fueron los teatros, después la televisión y ahora Internet, particularmente YouTube. Creado en 2005, YouTube es un medio relativamente joven. Los creadores de contenido más relevantes en este medio apenas llevan siete años haciendo videos. Los hermanos Green, Casey Neistat y H3H3 son algunos ejemplos de grandes creadores; sin embargo, el más grande en términos de seguidores y reproducciones es PewDiePie.
PewDiePie —cuyo verdadero nombre es Felix Arvid Ulf Kjellberg— es un chico sueco de 27 años que se ha convertido en el rey de YouTube. Con más de 56 millones 600 seguidores en su canal y un estimado de 15 mil 845 millones de reproducciones, el joven está valuado en 61 millones de dólares aproximadamente —más que Hillary Clinton. Para muchas personas, su éxito parece inexplicable, ya que el humor en su canal parece no tener razón de ser. Pareciera el producto de un niño amante de los videojuegos con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.
A pesar de los gritos, las frases incoherentes y el sarcasmo innecesario, PewDiePie también es un reflejo de este nuevo mundo y ese factor no es algo que debamos dejar pasar. Debido a su alcance, sus bromas se vuelven relevantes entre los jóvenes de todo el mundo. Hace un par de meses PewDiePie demostró la hipocresía que existe en muchas de las corporaciones generadoras de contenidos; además del amarillismo absoluto que adoptan los medios tradicionales en esta intensa guerra por la atención de los internautas. Incluso un medio tan respetado como el New York Times se vio involucrado en este escándalo que dividió la opinión pública.
Lo que sucedió fue lo siguiente:
1.- PewDiePie realizó un video en el que navegaba en la plataforma Fiverr, la mayor plataforma para contratar servicios vía Internet. El asunto es que existen servicios que pueden tener un giro gracioso puestos en el contexto indicado. Fue entonces que PewDiePie decidió contratar a unas personas de apariencia india para que se grabaran con un letrero que decía “Kill the Jews” (muerte a los judíos).
2.- El New York Times escribió una nota en la que se le acusa de antisemita. Claro que lo que había hecho PewDiePie tocaba un tema delicado, ¿pero no es precisamente ése el fin de la comedia?
3.- Después PewDiePie respondió al New York Times en un video en el que se burla de lo absurdo que fue que lo hayan calificado de antisemita. Y en su mismo estilo satírico decide aparecer disfrazado de nazi.
4.- Todo explotó, la noticia estaba por todos lados. Pocos medios daban la historia completa, aprovecharon la enorme fama de este chico para generar tráfico con contenido superficial.
5.- La comunidad de YouTube defendió a PewDiePie. Casi todos los grandes canales dieron su punto de vista. Incluso judíos famosos como H3H3 Productions salieron a defender a su colega.
6.- Pero tanto escándalo no vendría sin un costo, PewDiePie perdió proyectos con Disney, un proyecto con YouTube y más patrocinios.
7.- Para empeorar las cosas, YouTube comenzó a “desmonetizar” los videos de PewDiePie, ya que paralelamente, las marcas solicitaban mayor control de los videos que se publicaban en la plataforma y que podían ser relacionados con los patrocinadores. Desmonetizar significa que un video de YouTube no genera una remuneración al creador, normalmente esto es causado porque el video ha sido calificado como “inapropiado”.
A pesar de todo PewDiePie se ríe y sigue haciendo videos. La historia es más polémica y complicada que los siete puntos anteriores, pero lo realmente interesante es la lectura que nos deja. PewDiePie tiene más seguidores que la mayoría de las estrellas de televisión, tiene influencia y tiene una responsabilidad ante sus fans. Pero también tiene libertad en una plataforma abierta. Claro, PewDiePie también es un negocio, seguramente tendrá ambiciones económicas, pero prefirió no pelear y expuso así la hipocresía del mundo corporativo que le dio la espalda después de la publicación del New York Times. No podemos negar que PewDiePie tocó un tema sensible, pero en el especial de Netflix de Louis CK el comediante dice que apoya el suicidio. Y por supuesto que lo dice de broma.
La comedia, cuando es sacada de contexto, puede sonar brutal y a su vez puede ser utilizada para desprestigiar o manipular. Tal vez Disney no hubiera retirado su patrocinio a PewDiePie si esto no hubiera sido la polémica que fue. ¿Entonces cuáles son los valores de las empresas?, ¿es más importante mantenerte fuera de una polémica que apoyar la libertad de expresión? Disney —o cualquier marca que quite su apoyo a un comediante— está haciendo una nueva forma de censura que debe ser señalada. No puedes salirte del juego cuando las cosas se tornan críticas.
PewDiePie se ríe de todo, parece que no tiene sentido pero precisamente ése es su mensaje: en este mundo, en esta era, poco tiene sentido; las nuevas generaciones no van a engancharse con conflictos superficiales, harán lo que les gusta, verán por sus valores y los que comparten sus valores. Si los abandonas seguirán. PewDiePie es un joven que dice mucho más al reírse de todo que un comediante que elige meticulosamente sus bromas.
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