No absolutamente todo es bueno en los días de las personas, lo veo todo el tiempo y también lo vivo. Y aunque a veces me cuesta mucho trabajo decir lo que verdaderamente me pasa, eso no quiere decir que no me recorran sentimientos negativos por todo mi cuerpo. Hay momentos en los que me resulta mucho más fácil aparentar, pero hay otros en lo que verdaderamente odio al mundo y dejo de ser esa persona positiva que mucha gente está acostumbrada a ver todo el tiempo. Mi intención no es lastimarte, sino ser yo mismo tanto en mis días buenos como en los malos.
No te preocupes. Estaré bien. Necesito desahogarme y sacar todo eso que me consume para limpiar mi corazón y también despejar mi mente. Todo lo que pasa (sea bueno o malo) sé que me dejará una gran enseñanza, pero no me presiones, permíteme odiar al mundo de vez en cuando.
1. También tengo días malos
Así como tú, yo también tengo días malos; algo no salió como esperaba, me enojé, tuve exceso de trabajo, lo que sea. Pueden existir mil razones, pero sea cual sea la verdadera sé que no puedo desquitarme con nadie, sin embargo, también puedes entenderme y entender que no siempre pedo ser una persona positiva.
2. A veces no quiero saber de nadie
Tengo momentos que me absorben y mi desgastan, momentos en los que de verdad no quiero saber de nadie, ni de ti, perdón, no tienes la culpa, es verdad. Sólo quiero tener un instante en soledad en el que pueda recuperarme y sentirme mucho mejor para, así, sonreír sinceramente.
3. Hay días que sólo quiero llorar
Quiero escapar, quiero gritar y llorar un día entero si es necesario. No lo puedo controlar, no puedo evitarlo; a veces lo intento y me contengo porque odio que me vean tan frágil, pero no puedo ser fuerte todo el tiempo. También necesito tirarme, patear, ser débil, para después levantarme y volver a sostenerme.
4. Necesito salir de la presión
A veces me siento ahorcado, asfixiado, tanto que me urge –anhelo– salir de todo eso que me presiona. Quiero escapar, quiero quitar ese peso que, a veces, me quita el aire. Por eso es que no siempre puedo ser la persona positiva que estás acostumbrado a ver.
5. Estoy estresado
El trabajo, mis deberes, mis angustias, algunos problemas, todo se me acumula a veces y me estreso muchísimo. Tú también te estresas, y tú, y tú, y tú igual. ¿Ves?, no somos tan diferentes. No busco que lo entiendas, sólo que no me exijas sonreír cuando no quiero –o no puedo– hacerlo.
6. También a mí me decepcionan
Puede ser quien sea, incluso me puedo decepcionar yo misma, y eso me sentir sumamente mal, tanto que quiero estar en soledad; tanto que quiero llorar, quiero estar triste, quiero estar en medio de mi dolor y sentirlo. No quiero reprimirlo, no quiero aguantarlo, sólo quiero expulsarlo y limpiarme.
7. Soy ser humano y me enojo
Sólo es un momento amargo, tampoco es que me la viva enojándome por todo, pero es que a veces no lo puedo evitar. Es normal. Todos nos enojamos, incluso por lo menos una vez al día, y está bien porque al final somos seres humanos.
8. Puedo quejarme de algo con lo que no esté de acuerdo
No puedo coincidir en todo con todo el mundo, también tengo mi propia opinión, tengo mis deseos, principios y mi ideología. Y si algo no me parece, lo voy a decir con toda la lealtad que me tengo a mí mismo.
9. No pienso fingir que estoy bien
No quiero estar con una máscara que cubra lo que verdaderamente siento en cualquier momento del día. No pienso aparentar que estoy bien cuando en realidad no lo estoy, tampoco quiero sonreír cuando lo que quiero hacer es llorar.
VER MÁS:
Enojarse beneficia al cerebro, señala especialista de la UNAM.
Cosas que le pueden pasar a tu cuerpo si te enojas demasiado.