Ahora sé que esperabas por mí y yo por ti: nos esperábamos para ser una misma, para que fueras parte de mí.
Te deseé con todas mis fuerzas como un niño desea un helado; te imaginaba y nos imaginaba juntas en el parque, o en mi cama, o en la sala acostadas. Ya sabía qué tipo de comida te iba a dar, en qué parte de la casa estaría tu cama y cómo te ibas a llamar: Maggie. No tengo idea de por qué vino ese nombre a mi cabeza, lo único que sabía era que necesitaba a una compañera incondicional de mi vida, te necesitaba a ti.
Llegamos a ti o, más bien, tú llegaste a nosotros, a nuestra vida y a nuestra casa. Tú fuiste el elemento perfecto que nos hacía falta para ser una familia completa. Llegaste a invadirnos de ilusión, de amor, de fidelidad y de alegría. Te amamos desde el primer momento en que te vimos porque, en ese instante, supimos que serías la indicada: nuestra Maggie.
Mi compañera peluda, pequeña y orejona pero con el corazón más grande que cualquiera pudiera tener. Noble, cariñosa, fiel y protectora. La amiga más leal que no cualquier ser humano puede tener; mi compañera y mi compañía, mi alma gemela de cuatro patitas. Me llenas el corazón cuando recargas tu cabecita en mi pierna, cuando te emocionas y corres por toda la casa al verme llegar, o cuando me enfermo y te quedas junto a mí por horas y horas, incluso días, hasta que me sienta mejor.
Sin preguntarme nada, sin ni siquiera hablar, sabes lo que me sucede en seguida; sabes cuando llego con el corazón destrozado o cuando llego feliz, cuando llego enojada o cuando llego triste, no importa qué me suceda, tú siempre vas a darme un abrazo, llenarme la carita de besos y, con tu amor, trasmitirme tranquilidad, decirme en tu idioma que todo estará bien.
Nos elegimos una a la otra y no pudimos tomar mejor decisión; eres un elemento importante en mi vida, vivo enamorada de ti y te amo con todas mis fuerzas. No sé cuántos años nos quedan juntas pero te prometo que en ellos serás la más feliz de los caninos porque estoy segura de que tú me harás aún más feliz a mí.
No está en mis planes tener hijos, pero sí tenerte a ti. Te amo todos los días y sé que me amas tú a mí. Siempre he creído en la historia que dice que tu perro es quien te escoge a ti y, cuando te ve llegar, sientes esa conexión como arte de magia, como si hubiera existido algo que siempre los unió hasta el momento en el que se encontrasen; ahora sé que esperabas por mí y yo por ti: nos esperábamos para ser una misma, para que fueras parte de mí.
Eres mi luz en esta vida y en muchas otras más, porque sé que nos volveremos a encontrar en otras dimensiones y en otros momentos; nos encontraremos porque nos elegiremos hoy, mañana y siempre. Más que mi mascota, más que mi perrito, eres parte de mi familia; mi amiga, compañera y amor de mi vida: mi Maggie de ojos grandes cafés, mi fiel acompañante.
VER MÁS:
¿Los perros ayudan a superar una etapa difícil? Experta del Tec revela la respuesta.
La muerte de un perro es tan dolorosa como perder a un familiar.
Busca tu mirada y otras 4 cosas que hace tu mascota antes de morir.