Te esfuerzas por irte a dormir temprano. Te esfuerzas tanto que miras un sólo capítulo de tu serie preferida por día. Estás convencido de que el problema es que debes dormir un poco antes, de que necesitas ocho horas de sueño; sin embargo, al siguiente día, el ciclo se repite: estás cansado, sin ganas de hacer nada, sueñas despierto con el momento en que puedas irte de nuevo a la cama…
Si esta situación te suena cotidiana, no te preocupes, existe una solución que no implica tomar una siesta durante el día. El cansancio muchas veces está provocado por factores que no son tan evidentes, como haber salido de fiesta la noche anterior; pero pueden ser igual de poderosos y generar un agotamiento excesivo.
Si te sientes identificado con lo anterior, te compartimos los siguientes consejos que te ayudarán a tener un mejor proceso de sueño.
1. No te levantas lo suficientemente temprano
Parece una contradicción pero no lo es. Es importante para nuestro cuerpo que nos levantemos al menos una hora o un poco más antes de salir a trabajar.
Un estudio de Harvard del 2008 demostró que los madrugadores tienen mayor habilidad para enfrentarse a los problemas que los noctámbulos. También que son más proactivos y los lleva a tener un mejor desempeño en el trabajo y en la vida.
2. Estás rodeado de personas tóxicas
Las personas a las que les otorgas un lugar importante en tu vida pueden afectarte psicológica y físicamente; los compañeros de trabajo que sólo se quejan, los amigos que siempre tienen un reproche o los conocidos que son cínicos.
Si permites que estas personas te rodeen, pueden drenar toda tu energía. ¿La solución? No les des importancia y sigue adelante con pensamientos positivos y de gratitud. De esta manera, podrás relajar tu mente y encontrar descanso.
3. Odias tu trabajo
A muchos no les entusiasma la idea de levantarse todos los días para ir a trabajar, mucho menos si odias lo que haces. Múltiples estudios aseguran que las personas a las que no les gusta su trabajo tienen serios problemas para dormir, sobre todo a causa del estrés.
Si ir a trabajar te resulta más duro cada día, quizá deberías plantearte la idea de buscar una nueva oficina.
4. Evitas hacer ejercicio
Está demostrado que la actividad física ayuda a que descansemos mejor. Ejercitarse favorece a nuestro cuerpo, no sólo para ponerse en forma también a relajarse y dormir profundo.
Si el deporte no es lo tuyo, ¡no te desanimes! Realizar 150 minutos de ejercicio moderado por semana pueden hacer que te sientas un 65 % menos cansado durante el día.
5. No recibes la suficiente luz solar
Aunque es necesario cuidarse del exceso del sol, debido al cáncer de piel, también es indispensable exponernos un poco durante el día. Por un lado, la luz solar favorece la generación de vitamina D, que ayuda a combatir enfermedades; por el otro, si dejamos que por la mañana la luz se impregne en nuestra piel, permite que la producción nocturna de melatonina ocurra más rápido y se entre al sueño más fácil.
6. Estás lleno de estrés
Se trata de un factor determinante en muchas enfermedades y dolencias: la falta de sueño es una de ellas. Además de que el estrés es la principal causa de insomnio. Esto genera un círculo vicioso: el estrés produce incapacidad para dormir y al no descansar bien, provoca que aumente el estrés, así como el tamaño de los problemas (o, al menos, la perspectiva de ellos). Tómate un tiempo para relajarte y trata de dejar los conflictos fuera de la cama.
7. Tu habitación es un desastre
Ropa, zapatos, libros, papeles por todos lados… El desorden de tu habitación no ayuda a tu descanso. Según la Fundación Nacional del Sueño, tiene que ser un espacio propicio para conciliar el sueño. Eso incluye que esté limpia, ordenada y, sobre todo, que te haga sentir cómodo.
No menosprecies la importancia de bajar las luces de la habitación antes de irte a dormir o de prender alguna vela aromática, que haga de tu cuarto tu santuario. Tu cerebro te lo agradecerá.
8. Comes mucha comida procesada
Comer alimentos ricos en grasas saturadas y carbohidratos, como hamburguesas, papas fritas, pastas y pizza puede llevarnos a un “colapso energético”. Nuestro cuerpo deberá destinar mucha energía en procesarlos y nos la quitará durante el día.
En cambio, comer frutas, vegetales y proteínas magras ayuda a darle a nuestro cuerpo energía “buena”. Además, nunca debemos olvidar de hidratarnos muy bien: dos litros de agua al día es remedio indispensable.
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Dormir es una de las principales necesidades fisiológicas de nuestro cuerpo, por ello es importante que esta actividad se realice de la mejor manera. Por ejemplo, dormir bien te ayudará a tener una mejor satisfacción sexual, así como estos 8 trastornos que sufres cuando estás conectado a Internet.