Sueño con que llegue ese día, he esperado por años para que la prueba salga positiva, aún no se logra, pero ¿sabes? mi amor, mi bebé, esta vez pasaré otro 10 de mayo sin poder ser mamá pero sé que llegarás, sé que en algún momento me darán la noticia de que estás en mi vientre y te veré crecer, te cuidaré y te educaré.
Duele ver los festejos de mis amigas y primas, sus hijos les dan tarjetas con mucha diamantina y arreglos florales, mi corazón se hace chiquito al ver cómo disfrutan abrazarlos y los presumen en redes sociales.
Mi esposo y yo lo hemos intentado por años, nada nos hace más ilusión que tener un bebé. Nos emocionamos varias veces pero siempre fue en vano, falsas alarmas. Hemos imaginado cómo sería, si tendría sus ojos, los míos, mi estatura o la de él. Cada que vamos al súper pasamos por los pasillos de bebés y hasta nos detenemos unos minutos para ver los mini vestidos y pantalones chiquitos. Cómo quisiéramos tener uno en brazos.
Hemos ido a diferentes médicos, todos nos quitan las esperanzas pero algo me dice que se puede lograr. Muchos nos dicen que estamos en shock, en una especie de negación, confusión, temor y tristeza; yo me siento muy optimista… aún. No creo lo que me dicen, yo lo siento dentro de mí. Quiero ser mamá, mi esposo quiere ser papá y ambos lo vamos a lograr.
Sé lo que estarán pensando, ‘ya somos muchos’, ‘no deberías querer tener hijos’, ‘un bebé es lo peor que le puedes hacer al planeta’, perdónenme, desde niña he tenido la ilusión de ver correr por el pasillo de mi casa un pequeño o pequeña mitad mi esposo, mitad yo. Siempre he querido verme embarazada, sentir cómo se mueve en mi vientre y verlo recién nacido. Comprar playeritas diminutas y calcetines que dejará a la semana. Llevarlo a la escuela, ayudarle con sus tareas, enseñarle buenos modales y prepararle comida deliciosa. Siempre he querido tener un bebé, siempre he querido ser mamá, siempre he querido festejar el 10 de mayo; este año será uno más que no podrá ser.
He tenido muchas dudas sobre los tratamientos a los que nos queremos enfrentar. Uno, solo un doctor me ha dicho que hay una solución a mi infertilidad. Solo uno me ha dado esperanza. Claro que tengo miedo, claro que me quita el sueño pero claro que también me da una pequeña ilusión que me llena de amor.
¿Es difícil? por supuesto. Hemos pasado por duelos, desesperación y depresiones. Estamos nadando contra corriente pero seguimos en la lucha.
Bebé, mi chiquito, sé que algún día estarás en los brazos de mamá, por ahora aún no nos conocemos pero espero que llegues pronto, papá y yo te estamos esperando con ansias y mucho amor. Sé que te tendré conmigo y en algún momento mi corazón palpitará lleno de emoción cuando me digas el 10 de mayo: Feliz día, mamá.
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