Sigo recordando la llamada como si hubiera sucedido hace cinco minutos.
Lloraba, la voz le temblaba llena de ansiedad y no atinaba a decirme lo que le había ocurrido. Cuando por fin logró tranquilizarse, haciendo un gran esfuerzo, me dijo: “Me convulsioné”. En ese momento sentí que a mí también me podría ocurrir lo mismo. El mundo desapareció y el alma me abandonó durante breves segundos. Después de decirme dónde se encontraba, recuerdo que le dije: “Voy para allá, no te muevas” y corrí.
Lo hice como loco hasta llegar al lugar. Por mi mente no se cruzó la idea de tomar un taxi ni cualquier otro transporte. Sentí que necesitaba descargar el miedo y la adrenalina alojados en mi interior de alguna forma y la única que encontré más asequible e ideal fue correr, ahogarme con mi respiración, transpirar el horror de imaginarla sola y desprotegida, correr hasta que las piernas me estallaran y con ello el pánico que sentí cuando escuché sus palabras “Me convulsioné”…
Estaba en un consultorio médico, recostada en una cama con las piernas encogidas y aún lloraba. Cuando la vi quise derrumbarme, pero en vez de eso la abracé. Los paramédicos me explicaron lo que había pasado, la atención que le habían dado y me recomendaron que la llevara con un especialista para que recibiera la atención pertinente. Así lo hice. Estuvo algunas horas en una clínica en observación y jamás me despegué de su lado, aun cuando su familia llegó y se hizo cargo de la situación.
Días después, cuando un médico la diagnosticó con epilepsia, me dijo: “¿Y si me vuelve a pasar? ¿Te alejarás de mí por la molestia que representará estar conmigo?” La abracé con fuerza, como si fuera la última vez que pudiera hacerlo, y le dije: “Jamás volverá a pasar. Y si ocurre, entonces yo estaré contigo para que no tengas que enfrentarlo sola”.
Son muchas las cosas por las que hemos pasado juntos. En cada una de ellas, jamás he pensado en abandonarla y seguir por mi cuenta. Siento en mi interior no un deber ni una obligación por apoyarla, sino un deseo de no despegarme y luchar por ella y con ella para que sus problemas encuentren una solución. Siempre le he dicho: “En cada una de tus angustias quiero ser la columna que te sostenga”.
Cuando alguien te ama con fervor, no importan las cosas que hagas o que digas; si él o ella quieren estar contigo y te aceptan como eres, entonces no importa…
Si tienes alguna manía
¿Quién no las tiene? A menos que sea una manía por hacer daño a los demás, no hay razón para que tus obsesiones sean motivo suficiente para que alguien decida no estar en tu vida.
Si él o ella tiene problemas con tu familia
Es cierto que todos queremos que nuestra pareja y nuestra familia lleven una relación excelente, sin embargo, a veces eso no es posible por diferentes motivos. A pesar de ello, quien te ama no verá en esto un impedimento para seguir a tu lado y tratar a tu familia de manera amable y educada.
Si tienes problemas de salud
En estas situaciones, tu pareja y tú pueden encontrar un lazo de unión que haga más sólida su relación. La persona que te ama sin condiciones jamás te dejará a merced de una enfermedad o un impedimento físico.
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Si tienes problemas económicos
Las malas rachas económicas son parte de la dinámica de este mundo. Afortunadamente, siempre hay una manera de solucionarlas, y más si cuentas con alguien que entiende tu situación y te apoya para salir adelante. Una cuenta bancaria limitada no tiene porqué apartar de ti a la persona que dice amarte.
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Su tus amistades no la o lo reciben bien
Aquí ocurre algo similar a la relación con la familia. Quizás sea incómodo ver que tus amistades no la o lo aceptan en su círculo, pero si tu pareja es inteligente te dirá: “No encajo con ellos y lo sé. No te preocupes, cuando quieras salir con ellos, puedes hacerlo. Yo me quedo en casa viendo una película o puedo ir a visitar a mis amigos”.
Si tienes un pasado vergonzoso o complicado
Una persona madura y enamorada de ti sabrá lidiar con las confesiones que le hagas sobre tu pasado. Puede que sea un trago difícil de digerir para ella o él, pero sabrá que el pasado ha quedado atrás y que juntos están escribiendo una nueva página en su historia.
Si estás en una etapa complicada a nivel anímico
Ya sea por la muerte de un familiar o porque te has quedado sin trabajo o las cosas no están resultando como pensabas en un proyecto que emprendiste, las razones por las que puedes estar triste son varias y una persona que te ama no verá en ellas un motivo para dejarte. Al contrario, es el periodo en el que sabe que más necesitas de ella o él y, por lo tanto, más incondicional te será.
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