El orden y la limpieza te ayudan a estar en un ambiente más armonioso dependiendo de tu personalidad y de tu comodidad. A veces son hábitos que se adoptan desde muy pequeño o simplemente por las condiciones con las que te va formando la vida. Pero lo que no sabías es que ser una persona sumamente organizada también tiene sus desventajas porque no todo puede ser perfecto en esta vida.
El orden excesivo puede provocar obsesión, lo que conduce a problemas graves de salud. Tu cuerpo entra en un periodo de estrés, enfermedad que provoca que subas de peso, segregues adrenalina y cortisol, las mismas hormonas que te ocasionan un desequilibrio hormonal llevándote a que tengas un tipo de salpullido o urticaria. El estrés también está relacionado con enfermedades cardíacas, e incluso problemas en tu aparato digestivo. Lo recomendable es que mantengas controlada esta actividad ya que te puede afectar significativamente, no se trata de que hagas a un lado el orden o limpieza de tu núcleo, sino que no desesperes cuando las cosas no son como tú quieres.
1. Sientes ansiedad
Cuando ves que algo no está en su lugar o cuando aún no terminas de hacer tus labores, sientes una especie de ansiedad en todo tu cuerpo. Además de sentir ansiedad por demostrar que eres responsable; ser organizado en general altera todo tu sistema nervioso, incluso provocando que tengas alteraciones si algo no se hace como lo quieres.
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2. Confusión
Es demasiada tu presión por tener todo ordenado que muchas veces crees que ya hiciste algo y cuando vuelves no fue así. Tu alteración por el orden te da una necesidad inmensa por tener un enorme control del entorno, además de perfeccionismo.
3. Cambios de humor
Basta con que veas algo desordenado para que tu felicidad sea arruinada. Te sientes enojado, ansiosos e incluso triste porque nada está “como debe estar”. Puedes sentir felicidad hasta que resuelves las cosas, así como satisfacción.
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4. Dejas de ser tan creativo
Según la ciencia, las personas desordenadas tienden a ser más creativas. Por lo que, cuando eres demasiado ordenado, tu cerebro ya está programado para dejar de una sola forma (estrictamente) las cosas. Es decir, ya tienes un patrón con el que debes cumplir y no explotas tu creatividad para hacer o acomodar de manera nueva.
5. Te preocupas demasiado
Tu cuerpo entra en estrés constante, te sientes preocupado si la rutina que llevas no se está cumpliendo, pero otro problema es que, esto a veces ya no se hace sólo tuyo, sino que también echas la carga a otras personas con las que convives constantemente. Esto dañará severamente tus relaciones personales, tanto con tu familia, amigos y pareja.
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6. Tienes mucha carga mental
Para tu mente es demasiado peso cuando llevas toda un lista de pendientes en ella, de este modo, te enfrascas en conductas que te permiten reducir toda esa carga cognitiva, incluso si esto requiere de que hagas un esfuerzo más grande. Por lo que, no importa cuántas veces recuerdes que debes recoger el cuarto, por poner un ejemplo, porque esto te genera una tensión que será saciada hasta que la tarea esté hecha.
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El orden no es sinónimo de limpieza, pero sí un obstáculo para la creatividad.
