“¿Por qué siempre me involucro en relaciones tóxicas?” Seguramente ésta es la pregunta que ronda por tu cabeza todo el tiempo (la prueba es que entraste a este artículo y ahora te ríes porque sabes que es verdad). Piensas y haces un recuento de tus relaciones pasadas y hasta parece que estás condenado a ello hasta el final de tus días. Mantén la calma, todo tiene una explicación y tiene que ver con un círculo vicioso que has creado desde que eras un niño. Se trata de la teoría del apego, y entender sobre ésta, te ayudará a averiguar la verdadera razón por la que todos tus “romances” han sido tóxicos y lo seguirán siendo hasta que decidas poner un alto. Atento, acá te lo explicamos.
De acuerdo con el trabajo de Mary Ainsworth y John Bowlby, la teoría del apego habla que cada ser humano tiene ciertos estilos de apego, es decir, formas en las que se relacionan con los demás que son desarrolladas desde la infancia y cargan hasta la vida adulta, sobre todo en las relaciones románticas. Asimismo, el objetivo principal del sistema de comportamiento de apego es aumentar la probabilidad de que las personas consideradas como vulnerables, sobrevivan a los peligros de la infancia. Este sistema fue producido por cada uno por mera selección natural para ser activado cuando cada individuo experimenta la angustia.
En palabras más fáciles, el sistema de apego es un piloto automático para cada una de las personas. Cuando éste funciona correctamente, es probable que el humano disfrute más de su vida porque tendrá la seguridad de que estará en buenas manos, es decir, estará bien en caso de que algo salga mal en su vida. Pero cuando el sistema falla y se queda con sus propios “chips”, la reacción de lucha o incluso de la huida, se activan y la persona se vuelve hipervigilante y ansiosa porque sabe que en cualquier momento las cosas saldrán muy mal.
Tipos de apego
1. Apego evitativo
Son los estilos de apego evasivos. Es decir, las personas que evitan el rechazo y se sienten incómodas con el acercamiento, lo que provoca que se distancie de otros así como de situaciones que puedan amenazar su autonomía. Son individuos que, aunque deseen contacto social, se reprimen por miedo a ser rechazados. ¿Cómo se manifiesta? Miedo al compromiso, a la intimidad y a la dependencia hacia alguien más.
2. Apego ansioso
Estas personas cuando se encuentran en momentos de angustia, se vuelven hipervigilantes ante cualquier señal (real o imaginaria) de que su pareja puede alejarse de ellos. Se desesperan por sentirse seguros con el otro y hacen todo para acercarse y tranquilidad. Asimismo, sus mismos comportamientos provocan que su pareja se vaya, lo que hace que sus sospechas se hagan realidad provocando que se hagan inestables y con autoestima baja.
3. Fijación segura
Tienen la seguridad de que alguien más los respalda, es decir, están seguros de la otra persona y de ellos mismos, sobre todo. Cuando se establece este código desde la infancia, son más propensos a llevar una vida tranquila porque lo manejan con éxito hasta la adultez, lo que hace que tengan relaciones largas y plenas.
¿Toda tu vida estarás en una relación tóxica?
No. No es necesario que sigas los mismos patrones de tu infancia, sin embargo, para romperlos tienes que trabajar mucho en ello para que te conviertas en una fijación segura. Una opción es trabajar con ayuda profesional como un psicólogo o terapeuta para que te ayude a identificar tu estilo de apego y, con ello, identifiques los puntos negativos que afectan tus relaciones.
Asimismo, es importante que trabajes con tu seguridad y autoestima. Realiza actividades que te hagan feliz y no enfoques todo hacia las relaciones amorosas, recuerda que para tener éxito en una, es importante que primero te sientas bien contigo mismo, así como rodearte de las personas que quieres y te quieren.
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