Cuando atraviesas por una separación es sumamente complicado, sientes que la sangre te hierve y el coraje te recorre todo el cuerpo, siente enojo e incluso odio, es inevitable y muy comprensible, sin embargo, cuando hay hijos de por medio, es importante que sepas con atención dónde y con quién desahogar esa rabia pues, si hablas mal del padre de tus niños frente a ellos, es probable que generes un daño irreversible; esta situación puede dañarlos más de lo que crees y lo importante es que ellos logren procesar la separación de sus padres y, tú, sin involucrarlos, también te desprendas de aquel amor que no pudo ser.
Las cosas no siempre salen como las deseas y no estuvo en tus manos la separación de ambos; si ya no podían continuar juntos, sus hijos no iban a ser un pretexto si el amor era escaso, por ello es importante que tanto ustedes como ellos comprendan que sus niños no necesitan a sus padres juntos sino felices. Que ellos puedan verlos estables, sin pelearse, sin discusiones diarias en casa y si la única solución era el divorcio, entonces ellos podrán asimilarlo bien siempre y cuando ambos los apoyen.
No debes sentirte culpable si tu ex y tú tomaron rumbos distintos, no es justo que aparentaran un “matrimonio feliz”, de hecho éste es el peor ejemplo que podrían darles a sus hijos porque ellos procesarían que está bien vivir en un mundo de mentiras y de apariencias.
Otro problema es cuando, después de la separación, agarras coraje y rencor hacia tu ex y se los transmites a tus hijos. Sí, si te lastimó es probable que suceda y está bien siempre y cuando ese enojo lo comentes con alguien más, no con los niños. Aunque, por supuesto, tampoco es lo indicado que vivas llena de odio.
Eres su ejemplo y si tú quieres que tus hijos respeten a la personas, tendrás que empezar tú. No necesitas fingir cariño hacia tu ex frente a los niños, simplemente una relación basada en el respeto. Las conversaciones entre ustedes dos ya son aparte, pero nunca se lo hagan saber a sus hijos, eso los lastimará mucho más.
Cuando no hablas mal sobre su padre frente a ellos, ayudas a que desarrollen mejor estabilidad emocional. Si, aún así, procesar el divorcio de sus padres es complicado, no les vuelvas el camino más difícil hablándoles mal sobre el hombre que los trajo al mundo.
Recuerda que son situaciones distintas. Una es como pareja y ahora expareja, y otra como padres, así que los problemas íntimos que tengan déjalos para los dos, no para el resto de la familia. Sus hijos no tienen por qué enterarse de lo que ahora sienten uno por el otro, así que lo mejor es que eviten comentarios de odio frente a ellos.
Probablemente creas que se trata de algo insignificante, que el hablar mal de tu ex frente a tus hijos no influirá en nada y no repercutirá en su desarrollo, sin embargo, estás completamente equivocada, esto puede marcarlos más de lo que crees.
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