Los mexicanos estamos acostumbrados desde chicos a ver el ritual que se lleva acabo el Día de los Muertos para nuestros seres queridos: flores de cempasúchil, ofrendas, calaveras y veladoras. Aunque cada región mexicana tienen sus propias tradiciones para celebrar este día y honrar a los muertos nunca podrá faltar el festejo para el 1 y 2 de noviembre en su calendario, esta fecha se ha convertido en una de las más importantes para todos los mexicanos.
La celebración de Día de Muertos tiene origen prehispánico, mucho tiempo antes de los españoles, ya que las culturas prehispánicas tenían la creencia de que existe una entidad inmortal que permanece en el ser humano y que después de la muerte sigue con su camino pero en el mundo de los muertos, lugar en donde va a seguir necesitando de utensilios, herramientas y alimentos.
El Día de Muertos se ha festejado durante los últimos 3,000 años y los orígenes de esta celebración surgieron desde los indígenas de Mesoamérica, Aztecas, Mayas, Purepechas y Totonacas. Entre los rituales que festejaban las vidas de sus ancestros, en la era prehispánica conservaban los cráneos como trofeos y para mostrarlos en los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
En la actualidad, aunque cada pueblo festeja de diferente manera, siempre tendremos algo en común: la familia. Todos nos reunimos año con año con nuestras familias para recibir la presencia de nuestros seres queridos que se fueron, para poner las ofrendas, visitar los panteones y pasar un rato de unión; recordando la vida de los otros. Después de los dos días de ofrenda, se tiene la creencia que los alimentos ya se muestran sin aroma porque los difuntos se han llevado su esencia.
Le preguntamos a 4 extranjeros que viven en México qué piensan de nuestra tradición de celebrar el Día de Muertos y esto fue lo que nos contaron:
Brasil
“En mi país el día de los muertos es algo mórbido y triste. La gente no festeja como aquí, simplemente es un día de recordar, ir a cementerio y llevar flores para los muertos y eso es todo.
Mucha gente no le gusta este día. A mí particularmente lo único que hago es prender una veladora para los familiares muertos. Realmente en Brasil no hay esta tradición, a mí me parece fantástico la cultura mexicana y la manera en como hacen que este día sea tan lindo y especial.”
Canadá
“En el calendario litúrgico cristiano de la provincia de Quebec, noviembre está enteramente dedicado a los muertos y también se le llama el mes de los difuntos. Muchas celebraciones y costumbres están más concentradas en los primeros días de noviembre. El 1 de noviembre, llamado “La Toussaint” es una oportunidad para rendir homenaje a todos los santos, mientras que el Día de los Muertos, que se celebra el 2 de noviembre, está dedicado a la conmemoración de todos los muertos, sin ninguna distinción social. Por esta razón, el Día de los Muertos para mí ha sido un ritual y una fiesta que he estado abrazando desde mis primeros días en México.”
Venezuela
Testimonio 1: “Me parece fascinante, aunque en el fondo no la entiendo tanto. Me encanta el ritual de las ofrendas y la relación con la comida. Nunca había visto algo así, ese contexto de la muerte y el renacimiento. Sé que es de origen prehispánico y que los colonizadores la medio disfrazaron con sus fechas similares para imponer el catolicismo. Ese sincretismo a veces me confunde, pero de que la celebración es única, es única.”
Testimonio 2: “Como venezolana viviendo en México, el Día de Muertos es una celebración tanto impactante como hermosa para mí y no por nada se ha convertido en mi festividad mexicana favorita.
En primer lugar, me sorprende cómo los mexicanos perciben la muerte como algo positivo y por otro lado, es una época que toca mi fibra emocional, ya que me recuerda a mi abuelo que murió hace dos años. En muchísimos países (incluida Venezuela) estamos acostumbrados a llorar la muerte, no a celebrarla. Pero en México lograron convertir este tema “tabú” en una oportunidad para honrar a las personas que amamos y para saber que, aún después de la vida, alguien nos recuerda.
Por eso, lejos de ser una festividad oscura o tétrica, el Día de Muertos refleja la esencia de la sociedad mexicana; sus raíces prehispánicas, su inacabable alegría y su sentido de compromiso con la familia.
P.D: ¡Aparte el Pan de Muerto y las flores de cempasúchil son lo más hermoso de la vida!”
Puerto Rico
“Antes de mudarme aquí, sabía que el Día de Muertos existía, pero no me parecía interesante para nada. Sólo veía las fotos de la gente vestida de Catrinas y pensaba que era como una versión local de Halloween. Sin embargo, en los 4 años que llevo acá, he aprendido muchísimo sobre esta celebración y cada año que pasa se me hace más fascinante y más bonita.
Por ejemplo, me parece hermoso que la gente tenga ofrendas en su casa. Lo veo como una manera muy personal e íntima de recordar a los seres queridos que ya no están. Tristemente, durante el resto del año, muchas veces no nos tomamos el tiempo de recordarlos, y por eso es tan especial que haya un día para volver a estar con ellos y sentirlos cerca de nuevo. Y claro, también está bien bonito que vayan al cementerio a pasar un rato en familia, comiendo y recordando juntos. Las dos veces que he podido ver esa parte de la celebración han sido de las experiencias más bonitas que he tenido en México.
Por otro lado, también me encanta cómo la celebración tiene elementos que otros países no asocian con la muerte, como el color naranja de la flor del cempasúchil o el hecho de que vistan a las niñas de Catrinas. Al principio, me parecía rarísimo y hasta me asustaba ver a las bebés con sus velos todas maquilladas, pero ahora es de mis cosas favoritas sobre este día.
Al día de hoy, todavía lo siento como un aspecto cultural muy ajeno a mí, pero disfruto mucho estar aquí para verlo, aprender más sobre él y, claro, ¡comer pan de muerto!”
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