«Usted no necesita un psicólogo, necesita un orgasmo». Esa era la lógica de los médicos en la Época Victoriana para mujeres que sufrían de insomnio, irritabilidad, pérdida del apetito, agresividad, dolores de cabeza y otras “conductas insanas”.
En estos años, las mujeres con esos síntomas eran diagnosticadas con histeria. Una “enfermedad” que, suponían, venía del útero y se manifestaba físicamente de múltiples maneras. El tratamiento para sanarla consistía en masajes genitales hasta llegar al “paroxismo histérico”: el orgasmo. La liberación sexual era necesaria para mejorar.
Tras el éxito del tratamiento, cada vez más pacientes lo buscaban, las manos médicas resultaron insuficientes puesto que había mujeres que tardaban horas en llegar al punto máximo. Ante tal necesidad se creó un mecanismo autómata. Joseph Mortimer Granville creó el primer vibrador eléctrico— martillo de Granville— y años más tarde comenzó a comercializarse.
Mientras que la histeria desapareció de la Asociación Americana de Psiquiatría en 1954 —la psicología derrumbó muchas teorías sobre ella— los vibradores se hicieron cada vez más populares y permanecieron hasta nuestros días. Si aún no lo has probado, aquí algunas razones para que no lo postergues más:
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Es una manera de saber qué te gusta y qué no
Lento o rápido, arriba o abajo, profundo o en la superficie; el uso frecuente de un vibrador te ayuda a conocer qué es lo que te gusta y qué es lo que te desagrada. Es una herramienta con la que puedes tener el control de la velocidad, la fuerza y el lugar. Esto te ayudará a hablar claro sobre lo que quieres cuando tengas una relación sexual.
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Sexo completamente seguro
No embarazos, no ETS. La masturbación tiene una ventaja insuperable y es que no existen los riesgos que correrías involucrándote con otra persona. No tienes que estarte preocupando por tomar anticonceptivos o por cuidar que el dispositivo de protección no falle. Sin embargo, sí debes prever que los materiales del dildo sean los adecuados y limpiarlo como te indique el instructivo en cada caso.
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Estás más consciente de tu cuerpo en términos de salud
La comunicación que tendrás con tu vulva hará que tengas una relación más cordial con ella. Suena extraño, pero es real; según numerosos estudios sobre el tema, las mujeres que usan estos dispositivos revelan que acuden a revisiones médicas con mayor frecuencia. Esto es porque de inmediato notan si algo está mal.
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Auxilia en problemas de anorgasmia
La anorgasmia es la incapacidad de tener esos episodios cúspides de placer. Si bien hay algunos casos donde se precisa atención médica, el uso de vibradores ayuda a las mujeres con este padecimiento debido a que se sienten menos presionadas y los impulsos son mayores.
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Estarás más relajada y feliz
El placer sexual es un detonante para la liberación de “hormonas de la felicidad” como la oxitocina y la serotonina. Eso hace que el estrés baje y que los niveles de bienestar aumenten. Por ello, vivirás más relajada y feliz.
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No dependes de nadie
No tienes que esperar una llamada o una invitación para salir ni ocuparte de todo lo que implica tener sexo con alguien. No hay confusiones emocionales, no hay desilusiones ni peleas, tampoco celos. No es que no puedas tener una pareja y al mismo tiempo utilizar un vibrador. No son cosas peleadas.
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Te ayuda a dormir
Se ha comprobado que luego del orgasmo, el cuerpo queda en un estado de tal relajación que conciliar el sueño no es ningún problema. Muchas mujeres utilizan este placentero método cuando tienen problemas de insomnio e, incluso, para regular sus problemas de sueño.
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Mantiene tu vagina sana
Previene atrofias y sequedad vaginal, además aumenta el flujo sanguíneo del área. Tu vagina será la más beneficiada con esto.
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Eleva tu seguridad
Al tener un control sobre tu cuerpo y tu sexualidad, tu seguridad aumentará significativamente. Verás cómo eres capaz de tomar decisiones arriesgadas y cómo tienes más fuerza al defender tus opiniones. Ésta no es una cuestión de magia, por supuesto, sino una consecuencia natural de liberarte poco a poco de los prejuicios.
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Estamos en un mundo donde la masturbación masculina no sólo no es objeto de escándalo, sino que es celebrada y bien vista. Tu cuerpo no es menos libre ni menos tuyo como para no explorar los distintos modos de placer.
Puedes tener millones de motivos para no querer usar un vibrador —desde morales hasta emocionales— y todos pueden ser válidos. Sin embargo, si en lugar de razones son los prejuicios los que te impiden hacerlo, posiblemente sea un buen momento para cuestionártelo. Sea cual sea tu decisión, lo importante es que sea libre e informada.
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