“Algunas mujeres le temen al fuego. Otras, se convierten en él”.
r.H Sin (Reuben Holmes)
Fuego. Un conjunto de moléculas que de forma incandescente reaccionan ante una oxidación violenta. Dichas partículas emiten luz, en un clamor que anuncia que aquello que era no será más. En el siglo XVII se creía que de los cuatro elementos, el fuego era el componente necesario para la transformación, ya que todos estábamos formados por tierra y agua. Aunque esta teoría es muy lejana a los avances posteriores, fue esta premisa la que hizo que el fuego se concibiera como un agente de cambio entre nosotros; eventos sociales como la quema de tarjetas de reclutamiento en la guerra de Vietnam, la de acetatos en contra de contenido vacío de la música disco, y la quema de brassieres en 1968 (Miss America). En cada una de éstas, el fuego representó un símbolo para una transformación en la sociedad.
Si bien el reclutamiento forzoso fue cesando y el “disco” murió con el tiempo, el llamado a la libertad e igualdad femenina que evocaban aquellas mujeres quemando brasieres, maquillaje y tacones jamás se completó. Actualmente nos encontramos en una tercera ola del feminismo en la cual, además de continuar por la lucha contra techos de vidrio y legalizaciones que otorguen derechos a las mujeres, también se busca cambiar los roles establecidos por el género, la apertura a diferentes corrientes sexuales y los micromachismos.
Sin embargo, ahora la conversación del feminismo se lleva hacia la misandria, la incongruencia y, por ende, la desvaloración de las exigencias y problemas reales que las mujeres viven día a día. Hablar de feminismo es equidad y progreso. A continuación, te compartimos los siguientes puntos para que entendamos por qué el mundo moderno sigue necesitando feministas.
1. ¡Podemos hacerlo!
Pareciera ridículo que el tema de trabajo igual, salario igual siga siendo algo que discutir; sin embargo, este principio laboral no ha sido alcanzado ni por países primermundistas. En México, la diferencia promedio es de 16.7% y aumenta acorde a la categoría del puesto. Aunque parezca una broma, aún hay hombres en puestos estratégicos que piensan que esta brecha es justa por razones tan absurdas como que sus homólogas tienen periodos menstruales o que simplemente “le echa muchas ganas, pero es vieja”. Como hombres y mujeres, debemos entender que en un trabajo no hay género y cada quien debe obtener una retribución justa por lo que hace.
2. Techos de cristal, el mal que sí tiene nombre
Los techos de cristal son las barreras que se consideran “invisibles” y por las cuales en algún punto una mujer no puede acceder a puestos de responsabilidad altos. Para algunos, la barrera es visible y se sigue llamando machismo. Micro-acciones que parecen “normales” favorecen inconscientemente al hombre. Una situación común puede ser la siguiente: una chica hace su trabajo y ayuda a su equipo porque “es su obligación”, pero si un hombre da ese extra adicional “es muy proactivo y siempre da de más”; si una mujer pide las cosas bien hechas “es una histérica”, si un hombre lo hace “es exigente”. Detectar y tomar acción y palabra antes estas situaciones es la única forma en que veremos a más mujeres en puestos de poder.
3. ¿Por qué tan seria?, ¿es porque calladita te ves más bonita?
Parece que no tenemos muchas opciones, o estamos sonrientes como si nos fuéramos contando chistes infinitamente por la vida o somos unas amargadas. Ni es nuestra obligación ser las “lindas” ante cualquier situación, y tampoco nos vemos más bonitas cuando nos callamos y no decimos lo que en verdad pensamos.
4. El feminismo NO es el machismo al revés
Una simple razón conceptual: el feminismo es un movimiento que busca la igualdad de derechos humanos, civiles y laborales. El machismo son actitudes y formas de pensar que sostienen que el hombre es superior a la mujer por naturaleza. No se lucha por ser “más”, se lucha por ser igual. No se puede negar que hay personas que son violentas y se escudan detrás del movimiento para externar este odio, pero la existencia de estos personajes no vuelve aceptables ni es una excusa para seguir con los tratos peyorativos que por siglos ha recibido aquel sexo que se decidió bautizar como “débil”.
5. No todos los hombres…
Esta frase suele terminar en “pegan”, “violan”, etcétera, como un modo descalificativo sobre alguna queja o solución que se dé ante un problema de género; sin embargo, en México 7 de cada 10 mujeres han sufrido violencia física, mental o sexual. Por supuesto que NO todos los hombres son así, pero con estas cifras habría que replantearse el sentido de reclamo que se hace y encaminarlo hacia el apoyo.
6. Invierte los papeles y entenderás el absurdo mundo en que vivimos
Piensa si las siguientes frases te parecen graciosas: “que tu propósito de este año sea conseguir novia”, “ve a entretener un rato al cliente”, “¿qué le vas a dar de comer a tu mujer si no cocinas ni un huevo?”, “¿soltero a los 30?”, “así no se comportan los caballeritos”. ¿Ridículo, cierto? La gran mayoría de las mujeres escuchan estas frases en su día a día. Si no se le dicen a un hombre, ¿por qué se las dirías a una mujer?
7. Excluye “feminazi” de tu vocabulario
El padre de este bello término fue Rush Limbaugh, un conservador estadounidense que lo usó para equiparar las protestas a favor del aborto legal con el Holocausto provocado por Hiltler, dictador alemán que le declaró la guerra a las feministas y envió a muchas de ellas a campos de concentración, por lo cual la unión de estos términos no tiene sentido. Incluso el mismo Limbaugh tiempo después aclaró que se refería a mujeres que viven un estilo de vida que raya en el fanatismo, no como título general para cualquier muestra de feminismo.
8. La caballerosidad no está peleada con el feminismo
Este es un punto que ha causado mucha confusión, pero la realidad es que si un hombre le abre la puerta o acomoda la silla para su pareja, suele ser porque está siendo atento; si lo hace porque la considerase inferior, lo dirá eventualmente. El machismo no se calla, sólo a veces no lo vemos, todo está en el contexto.
9. Ni las mujeres somos sensibles ovejas, ni los hombres rocas sin sentimientos
Desde hace mucho tiempo se nos ha enseñado que el rol de la mujer es el de flor bella y delicada; en cambio, los hombres deben ser fuertes y valientes, herméticos ante cualquier sentimiento que los hiciera quedar como débiles. Algo tan simple como un hombre llorando enamorado o una mujer que disfruta el sexo sin compromiso se sigue juzgando. ¿Hasta cuándo permitiremos que los roles dictados por la sociedad nos sigan afectando?
10. P#tas vs. Dioses Griegos
El feminismo es fundamental en la expresión de la sexualidad, un derecho que en la mujer ha sido explotado comercialmente en una visión machista, pero juzgado cuando es ella la que lo ejerce. Por ejemplo, si un actor famoso aparece en bóxer en la portada de una revista, será visto por otros hombres con envidia y admiración, y en las mujeres causará deseo y picardía; si una actriz aparece en ropa interior, los hombres la verán con admiración y deseo, pero también con juicio y desaprobación, lo mismo entre otras mujeres. Somos dueñas de nuestra sexualidad y deberíamos decidir cómo queremos o no expresarla.
11. A ella no le gusta la gasolina
Es preocupante la normalización y aceptación de algunas letras de reggaeton y otros géneros musicales, como: “si sigues en esa actitud voy a violarte, hey, así que no te pongas alzadita” de Jiggy Drama, o “siempre me dan lo que quiero, chingan cuando yo les digo” de Maluma. Pero es más preocupante que aún se tenga que explicar qué está mal con que niñas y niños de 12 años coreen estas letras en una Latinoamérica donde una mujer sale a la calle pensando en que la pueden violar. Las mujeres no son un producto que se pueda y deba consumir, fomentar estas poéticas canciones no ayuda a la causa.
Las mujeres están cansadas de ser juzgadas y criticadas por la manera en que hablan, visten y se comportan. El feminismo es el movimiento que ayuda al mundo a entender que todos somos iguales y debemos ser tratados como tal, si crees en la equidad del mundo moderno, bienvenido, eres feminista.
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Entender el feminismo no es tarea fácil, sin embargo autoras como Simone de Beauvoir han logrado poner en palabras uno de los debates más complejos de nuestra historia. Si te interesa conocer más sobre la lucha feminista, estos son los tres libros imperdibles para conocer los principios fundamentales del feminismo.