Se trata de una cifra alarmante motivada por la educación, los estereotipos o las costumbres típicamente machistas que conducen a la normalización de la violencia; es decir, pensar equivocadamente que algunos comportamientos violentos son “normales” en toda relación de pareja.
Según la OMS, la violencia sexual es «todo acto, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo».
Contrario a lo que muchos creen, la violación no es la única forma de vivir violencia sexual, un problema grave especialmente en pareja (cerca del 15 % de las mujeres latinoamericanas sufren de violencia sexual en su relación). Ante esta expectativa, debes tener algo claro:
No es normal que tu pareja te obligue a tener sexo cuando no quieres, que decida quitarse el condón sin tu consentimiento, ni que el sexo se convierta en una moneda de cambio en una relación: se llama violencia.
Aprende a identificar la violencia sexual si has pasado por alguna de estas situaciones o bien, si tu pareja ha tenido alguno de los siguientes comportamientos:
+ Tu pareja insiste en tener sexo hasta que cedes por presión.
+ Si tienes relaciones sexuales con él por miedo a represalias de cualquier tipo.
+ Le pediste parar y no hizo caso.
+ Le dijiste “no” y lo ignoró o tomó como una broma.
+ Hizo algo que no querías o te hizo sentir incómoda.
+ Hubo contacto sexual a través de la manipulación.
+ Se negó a utilizar condón a pesar de que se lo pediste.
+ Si te quedaste dormida, estabas ebria o indispuesta y aprovechó para tocarte o penetrarte.
+ Si te chantajeó para tener sexo.
+ Recriminó tu falta de apetito sexual y lo utilizó para manipularte o como pretexto de infidelidad.
+ Afirmó que era tu obligación complacerlo sexualmente.
+ Se quitó el condón para penetrarte sin tu consentimiento.
+ Te comparó con otras parejas argumentando que eran mejores.
+ Te hizo sentir humillada durante el sexo.
+ Te tocó en privado o en público contra tu voluntad.
+ Te obligó a tocarlo aunque no tenías ganas.
+ Se molestó porque le pediste parar.
+ Te rogó para tener sexo.
+ Reclamó tu falta de interés en tener sexo.
+ Aceptaste una práctica sexual degradante o humillante sólo porque te lo pidió.
La OMS agrega tres factores básicos que funcionan en cualquier ocasión para identificar la presencia de violencia sexual contra la mujer: ser obligada a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad; tener relaciones sexuales por temor a lo que pueda hacer su pareja o bien, ser obligada a realizar algún acto sexual que considere degradante o humillante.
Si has sufrido de violencia sexual, lo mejor que puedes hacer es buscar ayuda. Conoce algunas opciones gratuitas de apoyo integral y descubre que no estás sola después de leer “5 pasos para denunciar un abuso sexual y no ser una víctima silenciosa”. También presta especial atención a estas “9 ilustraciones que te harán darte cuenta si eres maltratada por tu pareja”.