Cuando el trabajo es retador, se convierte en un desafío para tu vida, cuando éste se vuelve agobiante, estresante en extremo y se mete con tu salud, debe parar.
Trabajar es un camino al crecimiento como persona y profesional, ese es el trabajo de los jefes, ayudarte a subir más escalones para que crezcas y contigo, la empresa.
Hay algunas ocasiones donde los jefes justo son ese freno que te impide avanzar. Si es así, es el primer foco rojo a tener un empleo que no le conviene a tu salud. Si odias ir a la oficina o en el caso del último año, levantarte para trabajar desde tu casa, podría ser que estés en una empresa donde no valoran tu tiempo, talento y potencial.
Sí, trabajamos para obtener dinero y poder llevar el pan a la mesa pero, ¿cuánto cuesta tu salud?
Según la OMS, el estrés laboral son un grupo de reacciones psicológicas, cognitivas y conductuales ante las exigencias de un empleo que sobrepasan los conocimientos y habilidades de la persona para desempeñarse de manera óptima.
Y entonces vienen las complicaciones. Dolores de cabeza, tensión muscular, aumento de presión sanguínea, problemas con los nervios y un gran etcétera ocasionado por el trabajo que no te deja ni ser productivo en él ni tener una vida de bienestar físico y mental. Porque sí, podrás estar cansado, sentir dolor en el estómago e incluso no comer a tus horas pero ¿por qué nadie habla de la salud mental?
Sí, es inevitable sentir estrés. Mucho trabajo, plazos fijos que cumplir, metas, expectativas de desempeño y la búsqueda de reconocimiento son el día a día del mundo laboral, se entiende y se hace frente; sin embargo, lo que nos afecta es la sobre carga y siendo sinceros, pocas veces lo tratamos con un especialista médico.
La OMS estima que entre el 21 y 32 por ciento de las personas con hipertensión en América Latina, fueron ocasionadas por las altas exigencias laborales y no detectarlo a tiempo.
La OIT (Organización Internacional del Trabajo) ha advertido sobre un aumento considerable de enfermedades mentales ocasionadas por el exceso de trabajo con muchísimas causas como demasiada información, exceso de tareas, presiones, exigencias, estar siempre disponible a través de dispositivos electrónicos y por último, sobre todo en este año de pandemia, miedo a perder el trabajo.
Y entonces te enfermas. ¿Qué sucede en tu empresa? es algo normal, natural, aunque al ser ocasionado por ellos, no tanto… te das cuenta que no tienen consideraciones y exigen resultados aún cuando tienes un padecimiento. Es muy importante saber decir BASTA, renunciar y salir corriendo antes de que acabe incluso con tu vida.
Sabemos que en estos momentos es súper complicado buscar trabajo pero es mucho más difícil recuperar tu salud física y mental. Aprende a escuchar tu cuerpo y si detectas alguna de estas señales, corre antes de que empeore.
1. Te duele la cabeza todo el tiempo.
2. Sientes muchas ganas de llorar, estás muy sensible.
3. Te duele la mandíbula, sientes mucha presión en ella.
4. Tienes problemas digestivos con frecuencia.
5. No tienes tiempo ni para bañarte con tranquilidad, siempre estás corriendo.
6. Duermes poco.
7. El dolor de espalda, cuello y hombros es cada vez más fuerte.
8. Tu periodo se ha vuelto irregular.
9. Te enojas con facilidad, estás muy irritable.
10. No disfrutas tus días de descanso.
Si estás pasando por una o varias de estas señales, es momento de detenerte, considerar seguir con ese trabajo y poner tu salud mental y física por encima de un sueldo fijo que puedes encontrar en otro lugar. Pensemos en nuestra familia, en nuestras actividades de recreación, necesitamos tiempo para comer, hacer ejercicio y divertirnos, no estar todo el tiempo activos para cumplir las fuertes exigencias de una empresa.
Llegó el momento de actualizar el CV y huir de ese tóxico lugar.
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