9 señales que te ayudarán a saber si tu relación es tóxica

9 señales que te ayudarán a saber si tu relación es tóxica

9 señales que te ayudarán a saber si tu relación es tóxica

¿Llevas mucho tiempo esperando a que tu relación funcione o pueda mejorar? Quizás ésta sea una de las primeras señales que te advierte que no debes aferrarte a una persona. Aunque en ocasiones llegamos a sentir un amor inmenso por nuestra pareja, no significa que debamos seguir a su lado si a pesar de hacer todo lo posible las cosas ya no son como eran ni mucho menos van por un buen camino. El tener un sentimiento profundo y muy fuerte por alguien no debe atarnos a quien no nos corresponde. Es necesario aprender a soltar para obtener la felicidad.

De acuerdo con el psicólogo Walter Riso, cuando se confunde el enamoramiento con el amor las personas suelen excusar el sufrimiento porque creen que las cosas deben ser así. Al hacer hasta lo imposible por mantener el equilibrio con nuestra pareja podemos llegar a someternos a un desgaste emocional que poco a poco nos destruye, pero que somos capaces de hacer con tal de mantenerlos a nuestro lado a pesar de que las cosas ya no funcionen. Aunque lo más difícil es aceptar que la relación debe acabar es importante aprender a soltar a quien en lugar de sumar cosas buenas a tu vida sólo te está restando Éstas son algunas de las señales que se presentan en una relación tóxica.

Dejas de ser tú mismo

A veces intentamos modificar algunos aspectos de nuestra personalidad porque no sólo a nuestra pareja no le agradan, sino porque sabemos que en general son cuestiones que nos nos permiten ser mejores personas; sin embargo, es diferente cuando tu pareja insiste en cambiar completamente lo que eres, intenta modificar tanto tu forma de ser, la manera en la que te ves e incluso comienza a tomar cierto control de las cosas que haces diciéndote qué sí y qué no puedes hacer.

Desconfianza

Tu pareja te pide explicación de algunas cosas aunque no sean necesarias y a pesar de darles respuesta a muchas de ellas no demuestra estar seguro de que le dices la verdad. Además empiezan los problemas por los celos que se generan ante la inseguridad de uno e incluso de ambos, lo que muchas veces termina orillándolos a alejarse de algunas personas con las que solían compartir tiempo. Por otra parte, sin que te des cuenta dejas de tener tu propio espacio y terminas haciendo todo con tu pareja.

Peleas

Las peleas son algo normal en las relaciones, pero esto no significa que deban ser constantes, ni justifica que a diario se encuentren disgustados ni mucho menos que su diferencias los hagan discutir todo el tiempo aunque sea por cosas pequeñas y la mayoría de de ellas no parezcan tener sentido. Por otra parte llega un punto en el cual las discusiones se hacen algo habitual y forman parte de su convivencia. Esto se convierte en un círculo vicioso, pues comienzas a creer que es normal estar peleando todo el tiempo porque ya sabes que, aunque estén molestos, en algún punto tendrá que volver a hablarse.

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Cansancio

Aunque parezca absurdo tener este tipo de relaciones, acaba poco a poco no sólo con tu estabilidad emocional sino también con tu energía. Esto ocurre al poner demasiado de tu parte para que las cosas funcionen, lo que provoca que te desgastes y empieces a sentir una carga enorme en ti porque crees que eso te ayudará a evitar que las cosas terminen. Por ello comienzas a pensar de qué forma debes actuar para no crear más conflictos con tu pareja y después empiezas a sentirte sin ganas ni fuerzas de hacer las cosas que normalmente hacías.

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Importancia

Sabemos que cuando compartimos nuestras vidas con alguien se trata de equilibrar entre lo que somos y lo que la otra persona es para que la convivencia resulte buena. No obstante, las cosas se complican cuando la atención y la importancia de la relación sólo empiezan a girar alrededor de uno solo. Aquí entra un poco el egoísmo porque uno de los dos busca tener la atención para sí mismo. Se vuelve una mala señal cuando quieres compartir algo con tu pareja y ésta no demuestra el mínimo interés por lo que le dices e incluso comienza a juzgar las cosas que haces o a desacreditar tus esfuerzos.

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Culpas

Cuando llega el momento de asumir responsabilidades sobre cualquier cosa que haya resultado mal en la relación, la otra persona siempre señala que fue cuestión tuya y que eres el único responsable tanto de los errores que han tenido entre ambos como de los que el otro haya podido cometer. Lamentablemente tu pareja no sabrá asumir cuándo ha tenido un desacierto y te hace sentir que tú tuviste la culpa y que siempre haces lo mismo; sin embargo, jamás aceptará que ambos son responsables ni mucho menos que se ha equivocado.

Manipulación

Empieza con cosas pequeñas, intenta controlar desde la forma en la que te vistes, te arreglas o hablas por alguna razón “coherente” que según exista; no obstante, esto puede llegar más allá: sin que puedas notarlo optas por dejar de tener ciertas actitudes o de hacer muchas de la cosas que te gustaban porque de alguna manera tu pareja te ha dicho que eso no le gusta o porque afectan la relación. Poco a poco tu pareja te va moldeando a su gusto.

Violencia

No necesariamente debe ser física para que te mantengas alerta, pues basta con la violencia emocional o verbal. Las personas tóxicas suelen tener comportamientos agresivos y aunque no te des cuenta te causan inseguridad tan sólo al generar comentarios negativos hacia lo que eres o haces con la intención de hacerte sentir mal, pues saben que de esta manera podrán tener un mejor control sobre ti. No debes permitir que te agreda de ningún modo.

Indiferencia

¿Cuántas veces has pasado silencios incómodos después de una pelea o sin la necesidad de ella? Estos momentos también suelen hacerse habituales e incluso aprendes a vivir con ellos, y aunque intentas evitarlos se repiten con mayor frecuencia. En ocasiones volvemos a esos juegos infantiles en los que nos aplican “la ley del hielo”, pues por cualquier razón cuando nuestra pareja nos deja de hablar buscamos la manera de solucionarlo, pero no por ello tenemos que estar convenciéndolos todo el tiempo para que no nos dejen de hablar.

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Debes tener en cuenta algunas cosas que te ayudarán a evitar que tu próxima relación se vuelva tóxica o qué debes hacer si eres tú la persona por la cual la relación se volvió tóxica.

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