Este artículo fue originalmente publicado por Rodrigo Ayala el 12 de marzo del 2017.
Cuéntame, ¿qué hiciste en la mañana?
¡Te mandé tres mensajes y no me contestaste rápido!
¿Te vas a ir con tus amigos y no me invitas?
Hace mucho que no me cuentas tus planes…
Llegué a tu casa, para darte una sorpresa, y resulta que ya no estabas. ¿A dónde te fuiste y con quién?
Una persona que actúa de manera tan intensa con su pareja suele hacer este tipo de preguntas. Detrás de estas interrogantes se esconde un espíritu inseguro que emplea el acoso como mecanismo de defensa y mantener todo “bajo control”. La persona no quiere ser abandonada y comienza a supervisar la vida de su pareja, busca cerciorarse de que no haya nada que robe su atención. Sin embargo, no se percata de que está dañando a su pareja y, con ello, su relación.
¿Cómo saber que tu control excesivo e intensidad constante están afectando tu relación? Presta atención a las siguientes señales:
Tu pareja ya no quiere contestar tus repetidos llamadas o mensajes
¿Envías mensajes a tu pareja cada hora preguntando qué hace o dónde está o, peor aún, con quién está? Ten cuidado, puedes provocar que se sienta vigilada o acorralada por ti. Si sigues con esta mala práctica, lo único que conseguirás es que caiga en un estado de hartazgo e ignore tus llamadas y/o mensajes.
Tu pareja ha dejado de sentirse cómoda hablando sobre detalles de su día y actividades
¿Todo el tiempo le preguntas sobre los detalles más mínimos de su día en el trabajo, en el gimnasio o en la escuela? Plantéate dejar de seguirlo haciendo si no quieres que tu pareja se sienta vigilada. Hay muchos otros temas de los que pueden hablar y de esa manera enriquecer su relación.
Tu pareja desea tener un tiempo libre o descansar de ti
¿Ella o él te han insinuado querer pasar un fin de semana en soledad o en compañía de sus amigos? Tal vez tu intensidad lo ha comenzado a cansar y eso lo está orillando a buscar espacios libres. Dale a tu pareja espacios para que se relaje haciendo le gusta; de esa manera, evitarás que se sienta asfixiado por ti.
Tu pareja ya no te invita a reuniones familiares o con sus amigos
¿Comenzaron a relegarte de las reuniones que tanto disfrutabas? Pregúntate las causas y haz un análisis de tus acciones: tal vez preguntabas excesivamente a los familiares o amigos de tu pareja sobre sus relaciones anteriores, al grado de llegar a causar una incomodidad fuerte en él o ella. Recuerda que no es válido preguntar cada detalle de su vida y no respetar esos límites.
Tu pareja ha dejado de emocionarse con tus regalos
¿Las reacciones eufóricas de antes han dado paso a una marcada indiferencia en tu pareja? Si cada semana te presentas con una carta o un nuevo obsequio, puedes provocar una incomodad en tu pareja que lo haga desear no querer regalos tuyos. Selecciona mejor los días para consentirla con un obsequio y verás que le darán más gusto tus detalles.
Tu pareja no te avisa a dónde va o se adelanta para no coincidir contigo
¿Tienes la pésima costumbre de llegar por ella o él a los lugares sin haberse puesto de acuerdo? Toma en cuenta que algunos prefieren quedar de acuerdo de antemano para citarse en un sitio. Si un día llegas por tu pareja al lugar donde solías sorprenderla y resulta que ya no está o que se adelantó desde hace un buen rato, puede ser una señal de que se siente acosada por ti. No a todos les agrada este “detalle de amor”.
Tu pareja ya no te comparte secretos o anécdotas del pasado
¿Tienes una obsesión por sus ex parejas que raya en lo enfermizo y provocas peleas debido a ello? Replantéate esta lamentable práctica que puede llegar a destruir tu relación. Por muy mal que la pases sabiendo sobre sus relaciones anteriores, es mejor que el pasado se quede en el lugar al que pertenece y te enfoques en el presente. Sólo así disfrutarás de tu relación.
Tu pareja apaga el celular en las discusiones
¿Sueles adoptar una actitud agresiva y te enfrascas en peleas telefónicas que pueden durar horas? Entonces es comprensible que tu pareja llegue a apagar el celular para tener unas horas de descanso ante el desgaste que le provocan tus acciones. Haz una pausa, relájate, piensa mejor las cosas y expresa tus ideas pasadas unas horas o hasta mañana. Ambos se sentirán mejor.
Muchas personas cometen el error de creer que invadir la privacidad de sus parejas o ejercer una atención desmedida a sus vidas es sinónimo de amor. Lo más conveniente para mantener una relación que se base en la confianza y el respeto es dejar que la otra persona goce de libertad.
Si has caído en episodios de obsesión por saber qué hace tu pareja, qué está pensando o tienes pensamientos enfermizos sobre su pasado, ten cuidado… toma las situaciones con más calma y asegúrate de no incurrir en acciones que afecten una relación que puede convertirse en una pesadilla para tu pareja. Bajo ninguna circunstancia, el control debe estar por encima del amor, por ello lee: ¿Cómo saber cuando el amor se ha vuelto obsesión?
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