La autofotografía de los genitales masculinos —conocida también como dick pic— es una de las fotografías que se reciben con mayor disgusto —y que generan mayor polémica— en la era digital. Para muchos, la idea de un hombre que envía una foto de su pene denota una actitud deplorable y desagradable. Una madre estaría preocupada o enfurecida al descubrir que su hijo hace esto, con el tiempo un hombre podría estar profundamente avergonzado con el hecho de pensar que eso es algo que hizo o estuvo tentado a hacer y, sin lugar a dudas, las personas que reciben este tipo de fotos sin haberlas solicitado también pasan un mal rato.
Pero la foto genital masculina en realidad es un fenómeno que forma parte del comportamiento de los hombres desde hace siglos, y nos expone una intrigante actitud hacia nuestra sexualidad y nuestra búsqueda de intimidad. Para comprender este tema es importante observar la obra del grandioso pintor alemán renacentista Albretch Dürer (1471-1528). En la obra “Autorretrato desnudo” (1505), Durer muestra su pene porque quiere expresar algo acerca de quién es él. Más allá de una figura cultural y líder ideológico, también es una criatura de carne y hueso con sentimientos de pudor. El pene en el autorretrato es una forma de confesión y revelación.
Enviar la foto de un pene no es necesariamente un acto de arrogancia, en cambio es un ejercicio de vulnerabilidad; esto porque la acción puede significar un gran riesgo. Si las consecuencias son negativas podría representar una tremenda vergüenza, pero si las consecuencias son positivas podría llevar a una relación más íntima con el receptor. Al igual que todos los hombres, Albretch Dürer sabía que muchas personas verían su autorretrato como una herramienta para burlarse de él, pero en cambio, él —al igual que sus sucesores de la era digital— buscaba generar empatía desde la vulnerabilidad. Claro que se exponía al rechazo, pero siempre se mantuvo en el camino de la honestidad.
En el siglo XIX, el pintor y escultor francés Edgar Degas (1834-1917) realizó una obra llamada “Mujeres espartanas” en la que muestra cómo los hombres solían ejercitarse desnudos. Degas apreciaba sumamente esta pintura porque celebraba la forma en la que desarrollaban actividades con completa franqueza sobre el cuerpo propio y el ajeno. Si los atletas espartanos hubieran tenido acceso a un smartphone, muchos de ellos hubieran tomado foto a sus propios genitales, aunque psicológicamente exponer su pene de forma tan rutinaria habría convertido a sus genitales en algo menos íntimo.
Para muchos hombres el deseo de mostrar una foto de su pene surge de una búsqueda subconsciente de generar un lazo de intimidad sin los requerimientos actuales de discreción o llevar a cabo una serie de actividades previas a mostrar tus genitales. Es precisamente el hecho de que el pene sea un área potencial del ridículo que su revelación calculada pertenece a un proceso de acercamiento en el que las inhibiciones sociales son subestimadas. Existen personas excesivamente ansiosas que envían fotos de sus genitales sin conciencia del origen de este impulso. La emoción que genera enviar una foto de tu pene no es algo anómalo, porque surge de la necesidad de establecer lazos íntimos con el otro que van más allá de lo sexual.
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Si has decidido romper con el tabú del pene, te recomendamos leer este artículo para conocer el órgano de tu pareja y detectar si sufre de alguna enfermedad que por pena o desidia prefiere ocultar. Además, entérate de cómo es el pene perfecto según la ciencia.