La película “Wonder” acaba de estrenarse en Netflix y definitivamente es una cinta que todos deberíamos ver para suavizar el corazón.
Protagonizada por Julia Roberts y Jacob Tremblay, es una emotiva película que habla sobre “Auggie”, un niño con Síndrome de Treacher Collins quien asiste al colegio por primera vez a los 10 años, luego de ser educado en casa por su madre. Para Auggie fue muy difícil soportar y saber manejar las miradas, comentarios y bullying escolar para finalmente dejar una hermosa lección de lucha y amor.
Sobre la película les dejo esta nota: Wonder, la película de Julia Roberts, ahora en Netflix.
Pero aquí hablemos sobre qué es lo que tiene ‘Auggie’.
¿Qué es el Síndrome de Treacher Collins?
Se trata de una malformación craneofacial congénita muy inusual. Afecta a dos de casa 100 mil personas.
¿Qué causa el Síndrome de Treacher Collins?
Esta deformación es causada por la mutación genética del cromosoma 5 (Treacle) que se encarga del desarrollo facial.
Este síndrome puede tenerlo hombres y mujeres por igual, no hay un porcentaje de casos mayor al otro.
Está asociado a la hipoplasia de los huesos malares, paladar hendido, coloboma en los párpados o ausencia de pestañas. Casi siempre tienen problemas con sus sentidos como la vista o el oído por la anomalía de los pequeños huesos en éstos.
Es fácil distinguir este síndrome en los bebés ya que cuentan con ciertas características como la parte externa de los oídos anormal o ausente, mandíbula pequeña, boca de un tamaño mayor, pómulos planos y paladar hendido.
En cuanto a la salud mental no hay afectaciones, las personas con este síndrome tienen toda la capacidad para realizar cualquier actividad. No hay tratamiento que lo elimine pero sí algunas revisiones para mejorar el estilo de vida de la persona que lo padece. Es necesario vigilar de cerca la vista y el oído porque suelen presentar una pérdida de la audición. En muchos casos la cirugía plástica puede ayudar a mejorar la apariencia del rostro y la estructura de los huesos como los de la mandíbula o pómulos.
Se debe considerar que pueden presentarse complicaciones en el desarrollo como dificultad para comer, hablar o ver correctamente.
Este síndrome sí puede heredarse así que es muy importante acudir a una asesoría genética para cuidar el embarazo. Se puede detectar desde antes del nacimiento considerando sobre todo la curvatura de la mandíbula.
Desafortunadamente las personas que lo padecen aún se tienen que enfrentar a miradas, comentarios y discriminación. Trabajemos unidos para que puedan tener cada vez más aceptación y participación en la sociedad.
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