Hola, mi nombre es Alexa, tengo 19 años y me gusta hacer perrito vaginal al cual yo llamo licking.
Les contaré cómo fue mi experiencia con el lincking, la cual comenzó de forma indirecta y terminó siendo uno de mis placeres favoritos de toda la vida. Todo inició jugando en el baño. Sentada en la taza comenzaba a hacer pis y me detenía, volvía a hacer pis y volvía a detenerme. No me pregunten por qué lo hacía, yo sólo puedo decir que lo volví un extraño hábito. Con el tiempo tenía total control de mí y, cuando por alguna situación estaba fuera de casa y lejos de un baño, podía aguantarme las ganas sin sufrir algún pequeño accidente.
Un día me encontré con un artículo de Cultura Colectiva que hablaba del beso de Singapur, una peculiar forma de incrementar el placer sexual. De acuerdo con el texto, esta técnica consiste en contraer los músculos circunvaginales durante el acto sexual para simular un efecto de succión. Lo primero que se me vino a la cabeza al leerlo fue, ¿cómo puedo ejercitar estos músculos? Y la respuesta llegó a continuación. «Ese músculo que apretaste para detener el paso de la orina es el que debes presionar y relajar mientras tienes relaciones sexuales».
El artículo dice que algunas mujeres no tienen ejercitado dicho músculo, pero yo, a estas alturas de mi vida, soy toda un experta en dicha cuestión. Entonces me aventuré a soltar una pregunta al viento: ¿seré una devoradora de hombres y una diosa de los orgasmos? Sólo había una forma de comprobarlo y era teniendo sexo. Esa misma tarde le pedí a mi novio que viniera a casa porque le tenía una pequeña sorpresa. Cuando me senté sobre él y comencé a contraer los músculos observé cómo el placer se apoderaba de él. Gritó y se venció a mis encantos.
Fue ahí cuando entendí que mi extraño hábito de hacer pis y detenerme sirve para mucho más cosas que sólo jugar en el baño. A partir de ese momento mi novio me decía una y otra vez que le diera el beso de Singapur. Yo lo complacía tanto como quería, pero ese placer era unidireccional, pues sólo él veía las estrellas. ¿Habría una forma en la que ambos llegáramos al clímax? La respuesta llegó cuando mi novio por fin dejó de ser egoísta y le echó ganas en el asunto, provocándome un orgasmo. Esta vez fue diferente gracias a que mi músculos vaginales estaban bien trabajados. Lo que ocurrió a continuación es lo que yo llamo licking.
Momentos antes de llegar al clímax ejercí fuerza en los músculos vaginales y cuando llegó el orgasmo mi vagina comenzó a contraerse de manera involuntaria, empezando por la zona perineal hasta llegar a la parte más profunda. Con el pene adentro es como si se le acariciara de abajo hacia arriba, como si la vagina fuera una lengua que lo recorriera desde la base hasta la punta, es por eso que yo le llamo licking.
Esta no es una simple succión como el beso de Singapur sino que es una caricia del cielo la cual resulta en un placer extremo y mutuo. Desde ese momento mi novio prefirió por mucho la segunda opción y aseguró que obtiene el doble de placer. Después, al contarle a mis amigas mi gran descubrimiento, una de ellas me aseguró que ya había leído algo similar en Internet. Cuando nos pusimos a investigar descubrimos que esta técnica ya había sido practicada por miles de amantes en el mundo y era conocida como «perrito vaginal».
Hoy les comparto toda mi experiencia para que descubran por sí mismas lo placentera que es la técnica. Les aconsejo que para que salga de manera eficiente, primero ejerciten sus músculos vaginales. La mejor forma es siguiendo los ejercicios de Kegel, los cuales consisten en realizar unas series de contracciones de distinta intensidad y duración del músculo pubococcígeo. Se pueden realizar en cualquier momento y situación. No provocan fatiga ni cansancio. No hacen sudar y se pueden realizar sentado, de pie, caminando, viendo la televisión, conduciendo… en cualquier momento y actividad.
Ya que están bien ejercitados los músculos, ahora sí, deben contraerlos segundos antes de llegar al orgasmo. Así se desatará el tan codiciado licking.
Practicar el licking es una forma de obtener extremo placer de manera mutua. Todas las mujeres tienen la obligación a sentir un orgasmo de tal magnitud, así que mi consejo es que te pongas a practicar desde hoy. Cuando lo sientas te darás cuenta de que todo valió la pena.
**
Te puede interesar:
Las 10 posturas sexuales ideales para el orgasmo femenino
Los ocho pasos del sexo oral según el Kamasutra