Comúnmente vamos por la vida cuidando a los demás, procurando su bienestar, queriéndolos y apoyando su éxito. Sin embargo, en algunas ocasiones restamos atención a la persona más importante, cuyos sueños son los que realmente habría que estimular: nosotros.
diferentes medios se han encargado de reforzar la idea de que una persona confiada tiene más posibilidades de cumplir sus objetivos y metas que alguien inseguro. Este pensamiento no está tan alejado de la realidad; sin embargo, en muchas ocasiones existe un error en la concepción de dicha seguridad.
Según la profesora e investigadora de la Universidad de Texas, Kristin Neff, la idea de que el autoestima es la base de la confianza es una mentira.
La autoestima se define como el amor propio; sin embargo, en los últimos años se ha tergiversado el término, haciéndonos creer que “sabernos perfectos y maravillosos” es querernos, cuando no es así. Querernos es aceptar que no lo somos. Mantener la idea de que no nos equivocamos, que el resto del mundo es quien está mal, podría traer frustración y conflictos con terceros, además, un mal día, una equivocación o algún conflicto pueden lograr que el castillo de arena que construimos se caiga en un abrir y cerrar de ojos.
En su libro “Self-Compassion”, la autora defiende la idea de que para tener más confianza en ellas, las personas no deben recurrir a intentos de incrementar su autoestima debido a la volatilidad de éste; Kristin Neff dice que un autoestima fuerte es aquel que se encuentra por encima de la media, pero ¿es posible que todas las personas se sientan felices todo el tiempo?, ¿seguiría existiendo una media como punto de comparación? Basándose en la idea de que éste no es una variable útil para mejorar la confianza en las personas (probado con el fracaso de un proyecto en California que buscaba trabajar el autoestima de varios niños con el objetivo de erradicar el abuso escolar), Kristin Neff presenta dos consejos para aquellos que buscan ser más confiados basándose en el concepto de autocompasión:
Introdúcete a la autocompasión
Contrario a lo que podríamos creer, esto no significa que debes sentirte la persona más valiosa y perfecta del mundo, sino aprender a perdonarte cuando no lo eres.
Deja de ser tan crítico contigo e intenta ser más amable con tu interior; no te califiques como una persona completamente buena o mala, utiliza todas las acciones -positivas y negativas- para formarte como persona, incluso abrazarlas como una parte inherente de tu ser.
La autocompasión reconoce que somos personas que tienen derecho a equivocarse de vez en cuando y que aun así, merecemos amabilidad. Hay estudios que demuestran que un poco de autocompasión evita que las personas recurran a la procrastinación, incrementa la felicidad y reduce el estrés. Esto incluye en todos los aspectos de nuestra vida: relaciones de pareja, de trabajo, etc.
Revierte la regla de oro
“Trata a los demás como quieres ser tratado” debería ser pensado como “trátate a ti mismo de la manera en que tratas a los demás”; entonces volvemos al centro de todo esto: la autocompasión. Para alcanzarla, háblate de la manera en la que le hablarías a un amigo con problemas, hay pruebas que muestran que atletas de alto rendimiento alcanzan mejores resultados al hablarse a sí mismos positivamente, en lugar de exigirse; la inteligencia aumenta, mejora la memoria y te concentrarás con mayor facilidad.
La autocompasión tiene los mismo beneficios que la autoestima, pero sin las caídas que ésta tiene en algunas ocasiones, ya que no idealizamos ni pensamos todo el tiempo que somos perfectos ni los mejores, por el contrario, aceptamos que cometemos errores pero que podemos solucionarlos y que ello no es razón suficiente para dejar de creer en nuestras virtudes.
Mostrar afecto y hablarte a ti mismo como lo haces con alguien cercano y querido es la mejor forma de tratarte. Recuerda que amor atrae amor.
Al tener estos consejos en mente, notarás cómo empiezas a sentirte más seguro y, en consecuencia, alcanzarás lo que te propongas. No es necesario seguir los consejos al pie de la letra, pero sí adoptarlas como apoyo en las acciones que llevamos a cabo todos los días.
**
Hay algunas Razones por las que nos cuesta expresar nuestros sentimientos, haciendo pensar a los demás que no nos interesan; sin embargo, hay explicaciones que van más allá de no querer decir lo que nos pasa.