Para bien o para mal, vivimos en un época donde las redes sociales tienen demasiado peso. Pueden influir de manera positiva o negativa en nuestra percepción de muchas cuyas, incluyendo la de nosotros mismos.
Con Instagram, Pinterest y los millones de influencers es normal ver fotos de gente ‘perfecta’, con vidas ‘perfectas’, cuerpos ‘perfectos’, rostros con pieles radiantes, melenas sedosas y bueno, la lista podría continuar… Todo es muy padre hasta que empezamos a compararnos, ¿cierto? porque seamos sinceros, todos en algún punto nos hemos puesto a competir con esas personas que vemos detrás de la pantalla, preguntándonos cómo le harán, por qué yo no soy así y seguramente en varias ocasiones tu autoestima se ha visto afectada hasta el punto de empezar a ver en ti algunos defectos. A todos nos ha pasado, pero creo que perdemos de vista que no todo es real y detrás de esas fotos preciosas hay miles de filtros, cámaras profesionales, maquillaje, photoshop y una gran producción. Sí, aunque parezca que se tomaron ‘sin que se dieran cuenta’.
Pero gracias al cosmos también estamos viviendo en la época del body positive, del amor propio, de tomar conciencia de nosotros mismos, de amarnos intenso, respetarnos, darnos chance de sentirnos acá “una perra sorprendente, curvilínea y elocuente”. Es aquí en donde la selfies empiezan a tomar importancia; te cuento.
He descubierto el poder tan grandioso que es tomarse selfies. Puedes o no publicarlas en las redes pero este proceso de arreglarse/posar/elegir un buen ángulo/destacar lo que más te gusta de ti/editarla, es un golpe gigante para la autoestima y HERMANAAAA, por fin te sientes la Diosa que siempre has sido y se te había olvidado poquito.
Cada vez van quedando atrás los estereotipos de un cuerpo perfecto que nos había impuesto la mercadotecnia por años y cada vez estamos aprendiendo a querer más nuestras curvas, líneas, marcas y cicatrices. El estándar de belleza actualmente es el amor propio; sentirte bien con tu propia piel sea como sea.
Foto: Bella Naija style
Es aquí amiga mía en donde te digo, tómate todas las selfies que quieras, y si deseas, presúmelas. ¿Por qué? porque eres hermosa, porque puedes y porque el mundo merece ver tu carita linda, tus outfits y apreciar tu cuerpo. Merece verte así de poderosa. Hay días en los que no nos sentimos espectaculares y es normal; aquí entra la terapia de selfies. Te me bañas, te me arreglas y posas como Reina para mejorar el autoestima.
Aunque suene a algo muy simple, conservar las fotos de momentos en los que nos sentimos unas diosas -o no pero lo intentamos- pueden ayudar en aquellos días en los que nos sentimos mal con nosotras. No lo dejes pasar, te aseguro que llenarte de fotos tuyas puede servir de mucho, cada que te veas despampanante no lo dejes únicamente en el espejo, flash, foto o pose.
La terapia de las sefiles es simple pero muy, muy efectiva, ya verás. Compártelas en tus redes o déjalas para ti, tu decides.
Nunca dudes de lo mucho que brillas, no importa tu talla, tu peso, tu estatura, la belleza literalmente no tiene que estar estandarizada. Que nadie te diga cómo vestirte, ni qué hacer contigo. Recuerda que mientras mejor estés contigo misma, los demás también lo van a empezar a notar. Y si no es así ¿qué importa? tú quiérete y apapáchate mucho. ¡Eres hermosa!
Yo te comparto mi selfie de empoderada y también mi instagram @aleruiso; amaría ver la tuya, ¿me la compartes? te veo por allá.
También puedes ver:
5 formas en las que puedes demostrarte amor propio
Ejercicios que te ayudarán a trabajar con el amor propio
Consejos de autocuidado y amor propio