Una pequeña niña llegó al Hospital Infantil de Los Angeles, California, con serios golpes en todo el cuerpo, múltiples fracturas en el cráneo y hemorragias cerebrales. ¿La causa? Se cayó de un toro mecánico y se golpeó la cabeza. Después intentó ponerse de pie mientras el toro aún se movía, lo que provocó que se golpeara el otro lado de la cabeza. Ella no fue la única que sufrió severas lesiones en un toro mecánico: otros dos niños menores de siete años llegaron al hospital por la misma causa.
Preocupados por el aumento de lesiones, el personal médico realizó una investigación en la que descubrieron que las empresas que rentan los toros mecánicos tienen pocas o nulas regulaciones destinadas a proteger la seguridad de los niños.
Los doctores informaron que otros dos casos incluyen a un niño que se cayó del toro con el brazo extendido y se fracturó el codo derecho. Otro más se cayó, se abrió la cabeza y se fracturó el cráneo. Los tres niños sufrieron lesiones cuando montaban los toros operados por invitados a sus fiestas y no por personal calificado. En el caso del niño descalabrado, el operador era otro menor de edad.
Los investigadores descubrieron que solo uno de los proveedores (de los ocho que investigaron) tenía requisitos de edad o altura que habrían impedido que los tres niños se subieran a los toros, pero los otros tenían regulaciones de seguridad mínimas.
Aunque los tres niños se recuperaron de sus heridas físicas, las mentales y emocionales han permanecido. El niño descalabrado aún tiene miedo de subirse a cualquier tipo de juego mecánico, incluido el carrusel. La niña con hemorragia cerebral tuvo dolores de cabeza durante tres semanas después de la lesión.
Los médicos publicaron sus resultados en la revista BMJ Case Reports y, aunque su investigación se limitó al estado de California, sospechan que estas mismas condiciones de inseguridad operan en todas partes de Estados Unidos (y más allá de sus fronteras), por lo que esperan ponerse en contacto con la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de ese país para emitir una alerta. Con ello esperan que se creen nuevas restricciones y, en general, que se genere un debate sobre la seguridad de estos juegos y su potencial para causar lesiones graves a niñas y niños.