Es muy común encontrar en Instagram feeds llenos de fotos de viajes que se ven increíbles, llenos de color e idílicos, los cuales en algunas ocasiones te despiertan la inquietud de querer tomar un avión al otro lado del mundo y descubrir las maravillas que tienen para ofrecer.
En el mejor de los casos te aventuras y lo haces, pero en otros solo te quedas con ese sentimiento de envidia por no poder dejar tu trabajo, salir de tu casa y darte una escapada a cualquiera de esos destinos que ves en las redes sociales.
La realidad, es que lejos de lo maravilloso que se puede apreciar en las fotos, un fenómeno que se experimenta en la actualidad, es querer encontrar lugares Instagrameables, es decir que sean perfectos para una buena foto en dicha aplicación.
Los influencers y viajeros han modificado la manera en la que planean sus viajes, y ahora eligen los destinos en función de las buenas fotos que puedan salir, y no de los lugares que en realidad hay por descubrir en cada país.
¿Qué buscamos demostrar con publicar nuestra “felicidad” en redes?
De acuerdo con un estudio de la organización Royal Society for Public Health (RSPH), Instagram es la red social más peligrosa para la salud mental.
Dicha organización analizó a mil 500 voluntarios mientras navegaban por Instagram, lo que arrojó que se sintieron con depresión, ansiedad y sentimientos de envidia.
Shirley Cramer, ejecutiva de la RSPH, detalló que más de la mitad de los mil 500 encuestados, confesaron haber experimentado envidia al ver a sus amigos pasearse por el mundo, irse de vacaciones o disfrutar noches de placer en la red social.
Es muy común encontrar en Google preguntas como: ¿Cuáles son los lugares Instagrameables del mundo? o ¿Cómo sacar las mejores fotos de viajes en Instagram?, la cual tiene más de 68 millones de búsquedas.
Esto nos puede dar una guía de cómo el sector viajero se ha adaptado a las nuevas necesidades de de las personas prefieren las fotos en lugar de conocer los lugares.
Un ejemplo claro es París, la ciudad francesa más visitada del mundo, en la cual los turistas hacen filas de horas en los monumentos más importantes como la Torre Eiffel, para tomarse una foto, incluso llevan varios cambios de ropa sin importar el clima, esto para lucir espectaculares.
Lo que más sorprende es que cuando obtienen la foto, se van y no voltean ni a ver la icónica torre que ha sido el estandarte de “la ciudad del amor”.
Lo mismo sucede en el Museo del Louvre, en el que se llena de personas que quieren una selfie para Instagram con la espectacular pirámide, algunas no se molestan ni en entrar al museo en donde se encuentran las obras de arte más famosas del mundo como La Gioconda.
En los destinos naturales sucede un fenómeno peor, tal es el caso de Vinicunca, la Montaña de los siete colores en Perú, la cual se ha vuelto popular en Instagram y tiene miles de fotografías de viajeros en dicho lugar.
Debido al repentino boom que experimenta este lugar ya que los colores de su montaña resaltan en el feed de Instagram, la fauna de la zona se está viendo afectada, ya que los patos salvajes ya no pueden emigrar a un humedal cercano porque se ha reconvertido en estacionamiento de autos.
Así como estos destinos existen miles de ejemplos, pero si algo es seguro, es que la manera de viajar ya se modificó, y ahora los lugares Instagrameables son la tendencia.