A finales de los años 40, un parisino de familia rusa se volvió popular por la manera tan peculiar de congelar instantes y volverlos una obra de arte. Fotógrafo de corazón, artista por convicción, así es Elliott Erwitt.
Con sentido del humor y un buen ojo para la humanidad, las fotografías en blanco y negro de Elliott Erwitt revelan de forma franca las emociones humanas. El fotógrafo desarrolló su visión artística durante la posguerra gracias a su acercamiento con el documental fotoperiodístico.
Ha capturado diversas situaciones que a simple vista serían ordinarias, convirtiéndolas en algo extraordinario utilizando como herramientas la ironía y el humor cotidiano.
Inició su carrera en el periodismo fotográfico, en la moda y la publicidad impresa. Algunas de sus fotografías han sido utilizadas para numerosas monografías y han sido expuestas en diferentes museos del mundo como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, El instituto Smithsonian en Washington D.C., el Instituto de arte de Chicago y El Kunsthaus en Zúrich, Suiza.
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En 2011 el Instituto de Fotografía Contemporánea de Nueva York, reconoció su trayectoria artística y le otorgó el premio Infinity ICP. Actualmente, con más de 60 años fotografiando, Elliott Erwitt reside en Texas, E.U.
