El lente de la cámara es una manera de ver a la otra persona; de incomodarla al principio, hacerla posar para que, cuando menos se de cuenta, su verdadero yo salga a la luz y, en ese momento, el fotógrafo captura.
Esto es algo que Fera Maldonado, fotógrafa de 24 años, disfruta: desde crear personajes, historias, transformar personas hasta llegar a encontrar cosas que el retratado ni siquiera conocía de sí mismo.
Para Fera, la fotografía es su manera de sembrar el misterio a la vez que justifica su silencio, su forma de aferrarse al tiempo y conservar los pequeños pedazos que captura a través de la cámara.
Esta última le ha generado un instinto o sentido visual que la lleva a experimentar nuevas emociones y capturar momentos perfectos que representen algo.
Combina diferentes técnicas, ninguna aplicada al azar: la doble exposición, fuera de foco, blanco y negro, iluminaciones claro oscuro, diferentes ángulos, cada uno adaptado a la fotografía tomada, lo que hace que cada retrato sea único.
La mayoría de su trabajo son retratos en los que se ven reflejados su creatividad tanto en las fotos como en el montaje, la iluminación y la edición. Cuando no son retratos sino lugares, tenemos la sensación de que se captura la esencia del mismo, de un momento, y así cobra vida como si fuera una persona.
Fera Maldonado ha participado en múltiples exposiciones y diferentes proyectos con temáticas que van desde la religión hasta el fotorreportaje como: Bajo el puente, un reportaje sobre un grupo de jóvenes y su vida diaria en la calle.
El trabajo de esta artista es amplio y, aunque está centrado en el retrato a través de sus fotografías, podemos captar la esencia de las personas así como de los lugares; todas ejecutadas con una técnica profesional y una amplia creatividad que caracteriza sus imágenes.