Masha Ivashintsova: la fotógrafa rusa que escondió su talento al mundo

Masha Ivashintsova: la fotógrafa rusa que escondió su talento al mundo

Masha Ivashintsova: la fotógrafa rusa que escondió su talento al mundo

1597878967130 autorretrato de masha ivashintsova fotografa - Masha Ivashintsova: la fotógrafa rusa que escondió su talento al mundoEste artículo fue publicado originalmente por Evelin Perez Sandoval el 12 de abril de 2018 y ha sido actualizado por Cultura Colectiva.

«Para mi madre hacer fotografías era un proceso natural. Era como respirar». 

—Asya Ivashintsova-Melkumyan

Tras su fallecimiento, se descubrió que Masha Ivashintsova dejó cajas de sus pertenencias en el ático, que permanecieron intactas durante muchos años, pero nadie imaginó que adentro se encontrarían unos 30 mil negativos y películas sin revelar. Al hacerlo, se consiguieron retratos en blanco y negro, así como exquisitas fotografías, muy similares a las de la fotógrafa famosa Vivian Maier. La mayoría de sus fotos fueron capturadas con una Leica IIIc y una Rolleiflex en película Svema. Éstas describen escenas de la vida en Leningrado en los años 1960 y 1980, cuando Rusia todavía era parte de la Unión Soviética, un estado socialista que apoyó la cultura, pero que también llevó a cabo una estricta censura.


Ivashintsova usó la fotografía como un diario visual de su vida desde el momento en que tenía 18 años hasta un año antes de su muerte. Estuvo muy involucrada en el movimiento underground de poesía y fotografía de Leningrado, y su vida se entrelazó con tres genios del tiempo: el fotógrafo Boris Smelov, el poeta Viktor Krivulin y el lingüista Melvar Melkumyan. Melkumyan es el padre de su hija Asya, aunque la familia se pocos años después. Ella nunca mostró su trabajo ni se consideró una artista. De hecho se desempeñó como bailarina, trabajó en una librería y hasta llegó a dedicarse a reparar ascensores.


«Su amor por estos tres hombres, que no podían ser más diferentes, definió su vida, la consumió por completo, pero también la desgarró. Ella creía sinceramente que se había puesto pálida junto a ellos y, en consecuencia, nunca mostró sus trabajos de fotografía, sus diarios y su poesía a nadie durante su vida», explica su hija Asya Ivashintsova

La historia de Ivashintsova tiene un final amargo, pues mediados de la década de 1980 fue internada en un hospital psiquiátrico en contra de su voluntad, como una forma de alinearse con las filosofías de la Unión Soviética, una de las extrañas formas que utilizaban para manipular a la gente. Ella vivió profundamente infeliz después de pasar algunos años en condiciones agotadoras dentro de la institución. Falleció en el año 2000, en los brazos de su hija, a la edad de 58 años, tras padecer cáncer.


Su hija, aunque quería superar el duelo de la pérdida de su madre, mantenía presente que ella había capturado muchas fotos y que probablemente estaban en algún lugar dentro de esas cajas. Un día, junto con su marido, decidió limpiar el ático de su casa en San Petersburgo. Se toparon con una gran caja que estaba llena de negativos e impresiones. Todos fueron cuidadosamente empaquetados en sobres de correo con fechas y comentarios. El valor de las fotografías era tan obvio para cualquiera, que poco después decidieron compartirlas a todo el mundo.




A pesar de que Ivashintsova era sólo una amateur y nunca se dedicó a la fotografía de manera profesional, su trabajo demuestra una calidad impecable, con hermosas composiciones y un talento especial para mostrar escenas típicas del Leningrado soviético. Es cierto cuando dicen que la práctica hace el maestro y que si se ama realmente lo que hacemos se verá reflejado.

Este texto contiene información de “Clarín

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En la actualidad hay fotógrafas que retratan la juventud poscomunista, puesto que Rusia se ha vuelto una sociedad conservadora y machista. Ellas buscan dar voz a los jóvenes de su país de la mejor manera.

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