En el ensayo: “En la caverna de Platón” (Sobre la fotografía, 1977), Susan Sontag afirma que la fotografía “es sobre todo un rito social, una protección contra la ansiedad”. Son muchas las consideraciones en torno a esta práctica o arte que pueden hacerse, especialmente tomando en cuenta su carácter más humano.
Foto: Gordon Parks
Foto: Mario Giacomelli
Podría hablarse de la fotografía como una magia que a su vez es el arte de lo real. Su material, en su mayoría, proviene de referentes reales sin hacer a un lado los elementos estéticos o artísticos, que de plano se expresan en términos más abstractos y difíciles de definir aunque causen. En la obra de Gordon Parks es evidente el tema racial en el contexto norteamericano, por ejemplo. En la famosa serie fotográfica de Giacomelli que muestra a los seminaristas jugando en la nieve hay una vocación primordialmente documental, pero también puede apreciarse una imagen del contraste, que se acrecenta con la alegría de un paseo durante un día de nevada. El claustro y la liberación en una sola imagen, encontrada, creada y contextualizada. La fotografía es un vehículo que funciona para proyectar emociones propias del fotógrafo.
Pero su profundidad va más mucho allá de esos confines. Sontag prosigue en el ya citado ensayo: “Una fotografía no es el mero resultado del encuentro entre un acontecimiento y un fotógrafo; hacer imágenes es un acontecimiento en sí mismo”. Todos hemos tenido días difíciles o hemos atravesado momentos en los que el caos pareciera apoderarse del mundo, que pendula entre las complicaciones, la rutina, la soledad, el desamor, la miseria y todos sus antónimos del lado luminoso de la vida. ¿Cómo se muestran estos (llamémoslos) conceptos en una imagen detenida en el tiempo por el obturador de una cámara? Desde esa arista, la fotografía no posee un verdadero límite más allá del encuadre, pues su dimensión no es ésa sino el acontecimiento.
Foto: Chema Madoz
Foto: Jan Saundek
Tomemos por ejemplo el trabajo de fotógrafos como Chema Madoz o Jan Saundek. Ambientes y enfoques de la imagen diferentes pero con un único fin: comunicar, expresar su visión del mundo. Madoz en blanco y negro, montaje e ironía. Preocupaciones de un artista heredero del totalitarismo franquista. Saundek circula por los mismos derroteros, irreverente y con mezcla de erotismo, además de un guiño de ojo al Hamlet de Shakespeare, un héroe ambiguo. La fotografías son una interpretación del mundo como lo son las pinturas, los dibujos, las esculturas. Y en un sentido más amplio, citando a Sontag, “algo feo o grotesco puede ser conmovedor porque la atención del fotógrafo lo ha dignificado”.
Foto: Michal Macku
La fotografía puede representar un rapto que te saca de tu universo para abandonarte en otro donde puedes darte cuenta, como con todo verdadero arte, que eso que estás experimentando en lo más hondo de tu intelecto emocional ya no es tan ajeno ni extraño, y que, al menos por unos instantes, en tu placer o en tu miseria no estás solo.
El grueso de las personas podría creer que la fotografía consiste sólo en hacer click, pero la esencia de este arte es crear una imagen e identificar como oficio lo cautivador que es la preproducción de una foto, lo que se puede encontrar detrás de cada concepto pora poder transmitir o comunicar algo, como si se tratara de poner orden a un caos.
Foto: Andre Kertesz
Capturar una imagen canaliza emociones y complejos procesos humanos, como si mirar, enfocar, capturar y revelar constituyeran los pasos de un procedimiento cuyo único o más noble fin es obtener la satisfacción (o no) de la liberación, como si por un momento dejaran de existir los problemas. Sin incurrir en simplezas, hasta podría incluso hablarse de un carácter terapéutico de la fotografía, como bien puede serlo todo aspecto creativo que sensibilice al ser humano.
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Susan Sontag también dijo que las cámaras son máquinas que cifran fantasías y crean adicción.