Fotografías de Andreas Gursky que nos muestran que vivimos entre basura, edificios y sobrepoblación

Fotografías de Andreas Gursky que nos muestran que vivimos entre basura

Fotografías de Andreas Gursky que nos muestran que vivimos entre basura

Texto escrito por Federico Alegria

Andreas Gursky es en igual medida amado y odiado por muchos, debido al éxito de sus obras dentro del escabroso mundo del comercio del arte. Más allá de esa polémica, podemos reconocer que el trabajo de Gursky tiene un estilo único que nos hace pensar, no importa si al hacerlos la pregunta “¿por qué es esto arte?” o sobre el entendimiento de las expresiones detrás de sus imágenes de formato gigantesco, procesadas de manera digital para alcanzar un ideal planteado por el autor.

Gursky es, quizás, el fotógrafo más cotizado hoy, y uno de los artistas más exitosos del período de la fotografía contemporánea; es uno de los tantos talentos paridos por la escuela alemana de Düsseldorf. Ésta tiene su historia desde el siglo XIX con una base sólida en la pintura; en términos de fotografía los precursores de esta disciplina fueron los maestros Bernd y Hilla Becher, quienes tenían una fuerte tesis basada en el concepto enciclopédico y científico de las tipologías. Características estéticas comunes de los artistas de la escuela de Düsseldorf son la luz difusa, vistas frontales y puntos de vista elevados. Elementos metafísicos de estas obras podrían ser la objetividad, la frialdad y el documentalismo.



Después de terminar sus estudios continuó desarrollando su voz en el medio y ganó fama entre los críticos. A finales de la década de 1980 comenzó a ampliar sus imágenes en lo que se conoce como tamaños de mural, lo que hoy se ha convertido en su característica artística. Desde 1992 descubrió las posibilidades que las imágenes digitales podrían ofrecer; él aplica su visión sobre la aparente banalidad de los no-lugares a través de medios digitales en postproducción.

Gursky ha disparado el mercado del arte al vender no una, sino dos de las fotografías más caras jamás registradas en la historia. Su fotografía “Rhein II” se vendió por 4, 338, 500 millones de dólares en Christie’s, Nueva York, el 8 de noviembre de 2011, y en 2013 Chicago, “Board of Trade III” (1999-2009) se vendió por 2, 2 millones de libras. Son quizás estos ejemplos los más sólidos para debatir sobre el valor del arte en nuestro tiempo.



La perspectiva accesible corta en muchas de sus obras a menudo ofrece un punto de vista elevado que permite al espectador ver otra perspectiva de las situaciones de la vida cotidiana, un ejemplo es su famosa imagen de “99 Cent II”. Se siente atraído por espacios grandes, anónimos y hechos por el hombre, como vestíbulos de oficinas, pisos de bolsas y el interior de grandes minoristas de cajas.

Necesitarás meditar mucho al mirar sus imágenes, y es probable que tengas que volver a visitarlas de vez en cuando para comprender también el concepto detrás de su retrato de la globalización. Otras imágenes importantes muestran su fascinación por captar espacios creados por el hombre que reflejen la globalización son “París, Montparnasse, 1993” y “Chicago, Board of Trade II, 1999”.


**

Así es cómo todos los seres humanos nos enfrentamos con la soledad capturado a través del lente de Hiroshi Sugimoto.

**

Federico Alegría

+50374683470

http://www.federicoalegria.com

http://www.saatchiart.com/federicoalegria

Salir de la versión móvil