¿Imaginas despertar una mañana en un cuerpo que no es el tuyo? Visualiza cómo sería mirarte al espejo y no sentirte identificado con lo que tienes enfrente. Simplemente, no eres tú. Esto no se trata de una película hollywoodense ni de un libro de ciencia ficción; alrededor del mundo, hay millares de personas que sienten que su cuerpo no corresponde en nada con lo que son internamente.
Eso le pasó a Dani Rose McArthur; siempre fue una niña diferente. Su implacable belleza la impulsó a ser modelo desde los 10 años. Su afilado rostro y su armónico cuerpo cautivó no sólo a importantes agencias sino al público que veía sus fotografías. La fama la alcanzó pronto y todo comenzó a girar en torbellino.
Tal fue su éxito, que se hizo de una página oficial para fans. En ella describe que “ama cantar, escuchar rock —entre sus cantantes favoritos describen a Queen, David Bowie y Adam Lambert—, está aprendiendo a tocar la guitarra, imita acentos y los videojuegos; no en balde el cosplay era uno de sus pasatiempos divertidos. También revela que su comida favorita es el sushi y que ama el karate y el color azul.
Fuera de los reflectores, se ocultaba otro aspecto más desconocido: sufría disforia de género. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, «el género se refiere a las características de las mujeres y los hombres definidas por la sociedad, como las normas, los roles y las relaciones que existen entre ellos. Lo que se espera de uno y otro género varía de una cultura a otra y puede cambiar con el tiempo». El sexo no es lo mismo que el género. Nacer con características biológicas de hombre o mujer no definen, necesariamente, el género que se asuma.
En carne propia, Dani conoció el suplicio de estar en un cuerpo que no sentía que le pertenecía. Para todos lucía hermosa, pero eso no era su preocupación real. Por fin, a los 16 años, tomó la decisión más importante de su vida: comenzar un tratamiento hormonal para cambiar de sexo.
Conservando el apellido, pero cambiando el nombre de pila a Casil, recibió con gran sorpresa las enormes ofertas de empresas internacionales como Calvin Klein, Saint-Laurent, Coach, Gap y Milk Makeup para participar en sus campañas. Dichas compañías veían en él el talento necesario para encumbrar su marca. Tal ha sido su éxito que recientemente, dejó a todos boquiabiertos con su presencia en el New York Fashion Week portando un Marc Jacobs.
¿Cómo es que la fotografía de moda ha acunado la diversidad expuesta por Casil? Estas instantáneas tomadas por Steven Meisel —fotógrafo de Vogue y W— nos hacen cuestionarlo. Estamos frente a un apuesto chico con rasgos femeninos. Esto, nos hace cuestionar, inevitablemente, las diferencias de las que hablábamos al comienzo; el rol de género y la determinación biológica no son necesariamente compatibles. La fotografía nos da la oportunidad de no ser meros espectadores, sino de interactuar con la ambivalencia que su transformación supone.
¿Le importa tener un aspecto andrógino difícil de definir? Casil responde: «No tengo absolutamente ningún problema en vestirme como una chica, sobre todo ahora que no hay manera de que nadie me confunda con una, así que estoy feliz de abrazar todo en el mundo de la moda», ha dicho en entrevista para Nylon.
Debemos admitir que aún en nuestros tiempos, un enorme y lacerante prejuicio continúa imperando respecto a la comunidad LGBTTTI. Lo “diferente” todavía nos causa extrañeza, disfrazamos los prejuicios tras una mal llamada “tolerancia”, mientras que no existe una cabal aceptación de las múltiples manifestaciones del género.
Entonces, ¿qué implica tener frente a nuestros ojos al primer chico transexual aclamado por la moda internacional?
¿Cómo es que estas marcas multinacionales hacen de Casil un nuevo ícono?, ¿es McArthur un instrumento de la moda, o la moda es un instrumento de McArthur?¿La fotografía de la moda está abierta a la diversificación o más bien busca normalizarla?
Probablemente no sea sencillo responder a estas interrogantes, sin embargo, esto no parece ser un aspecto que le preocupe especialmente al modelo; él va mucho más allá de ser una sensación en las pasarelas y en las sesiones fotográficas.
Si bien este impulso mediático puede crear ganancias millonarias para las marcas que lo patrocinan, esta visibilidad ayuda a otras personas que no se atreven a dar el paso de la transformación y siguen sufriendo a causa de los estigmas sociales. En entrevista, el modelo ha confesado que por redes sociales ha recibido el agradecimiento de niños que ven su trabajo y se sienten motivados a asumir su diferencia «Pase lo que pase, quiero vivir mi vida de esta manera. Quiero ser un modelo para la comunidad trans».
Sea como sea, el hecho es que McArthur visibiliza lo que ha sido silenciado por siglos; el derecho a libertad de ser plenamente. Probablemente su presencia en la moda no sea suficiente para desmoronar todo un sistema de pensamiento conservador arraigado pero, cuanto menos, nos arroja una indiscutible señal de que las cosas están por cambiar.
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Si quieres saber más sobre fotografía, no puedes perderte ver cómo subestimamos lo sexuales que podemos ser a diario en estas instantáneas y déjate impactar por el sufrimiento y la soledad animal dentro de un zoológico.
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Referencias
Nylon
Vogue
OMS
Fotos:
Photo Genics
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