Texto escrito por Federico Alegria
Isabel Steva Hernández, mejor conocida dentro del mundo de la fotografía y las artes como Colita, es una fotógrafa catalana quien ha permanecido en contacto con la fotografía desde 1961, cuando comenzó como técnico de laboratorio para el fotógrafo Xavier Miserachs.
Al estar tan acostumbrados a ver crudas realidades o intentos comerciales por despertar necesidades en nuestro subconsciente con el único fin de vendernos productos, ver fotografías hilarantes como las de Colita, es realmente un deleite para quienes aprecian el arte, pero en definitiva para quienes aprecian el humor.
La fotografía es un reflejo objetivo de la forma que tiene el artista de ver el mundo. Ejemplos de humor clásico han sido Elliott Erwitt o Helen Levitt, pero también Colita entra dentro de este género con sus imágenes.
Su primera participación en una exposición de arte fue en 1965 en el Colegio de Arquitectos de Catalunya. Se trató de un evento colectivo que juntó a muchos artistas plásticos, como Argimón, Curós, Jordi Galí, Guinovart, Oriol Maspons, Ràfols Casamada o Tharrats. Gracias al deseo catalán de realizar un cine único y progresista para oponerse férreamente a la línea cinematográfica “oficial”, la cual estaba definida por Franco, surgió la oportunidad para que Colita trabajara con los mejores directores de fotografía —o cinematógrafos como se les ha dado a conocer hoy— como Luis Cuadrado, Juan Amorós, Fernando Arribas, entre otros.
Colita se especializó en un género muy tradicional de la fotografía: el retrato, pero no por eso se puede decir que sus imágenes sean tradicionales o clásicas; en realidad son refrescantes, y es el humor la clave de esa genialidad que le ha dado tanta fama.
Gracias a la desaparición del Franquismo en España, pudo fotografiar su Barcelona natal de manera más libre, y por fin centrarse en capturar esa identidad catalana que florecía poco durante el franquismo. Esto trajo mayores niveles de democracia que alcanzaban todas las esferas sociales, y Colita pudo colaborar con distintas revistas, las cuales estaban fascinadas con el estilo vivaz y estridente que sus imágenes reflejaban en ese entonces.
Colita se volvió noticia en 2014 cuando rechazó el Premio Nacional de Fotografía, ya que le parecía que la situación actual de España en términos de cultura era deplorable. El gesto se vio como algo muy catalán luego de denunciar la penosa, vergonzosa y dolorosa situación de la cultura y educación en su país.
Esperamos seguir deleitándonos con el trabajo de esta gran fotógrafa durante mucho tiempo. Aquí se pueden apreciar más sus imágenes.
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Federico Alegría
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