21 fotografías de Loulou d’Aki de las niñas obligadas a ser hombres en Afganistán

21 fotografías de Loulou d’Aki de las niñas obligadas a ser hombres en Afganistán

21 fotografías de Loulou d’Aki de las niñas obligadas a ser hombres en Afganistán

En Afganistán, nacer mujer es casi una maldición. A los ojos de la sociedad patriarcal que domina el país de Medio Oriente a partir de una interpretación ultraconservadora de la sharia (ley talibana), las mujeres aparecen como un ser inferior que carece de derechos y depende completamente de los hombres. El estigma también cae sobre los matrimonios que no logran procrear a un varón después de algunos intentos, pues el grueso de la sociedad considera que el nombre de la familia y sus propiedades se perderán en ausencia de un hombre, líder de la familia que continuará reproduciendo estas costumbres.

Bacha posh es una práctica en la que las niñas se disfrazan de niños y actúan como tal durante su infancia para poder realizar actividades prohibidas para el sexo femenino, como salir a la calle, estudiar o jugar. Al mismo tiempo, funciona para lavar la reputación de su familia mientras procrean un auténtico varón.






Esta costumbre es cada vez más común en Afganistán, donde la disciplina talibán es férrea y se encarga de legitimar normas sociales que a todas luces, reproducen un modelo machista que no sólo concibe a las mujeres como simples posesiones de los hombres hasta la cosificación, también vulnera sus derechos más fundamentales, como la libertad de expresión, acceso a la salud y a la educación.

La mayor parte de ocasiones, las familias deciden quiénes serán las hijas que se harán pasar por varones. Entonces comienzan una transformación radical donde adquieren una identidad dual: se cortan el cabello, llevan ropa masculina holgada y tratan de agravar su tono de voz. A cambio, adquieren los derechos que les son negados por el simple hecho de ser mujeres. Con su nueva performática masculina, pueden asistir a la escuela, caminar por la calle sin la preocupación de sufrir un castigo y hasta trabajar para apoyar a sus padres.







Las niñas travestidas se acostumbran a dejar de lado la burka y las sofocantes prohibiciones durante sus primeros años de vida, al menos hasta que la adolescencia comienza a dejar de lado mostrar sus rasgos infantiles y es momento de volver a la cruda realidad: entonces toman el papel de las mujeres y su vida cambia radicalmente.

Las fotografías de Loulou d’Aki, fotoperiodista sueca sobre las niñas de Afganistán que practican el bacha posh son una muestra de la normalización de la violencia contra las mujeres. d’Aki radicó durante cinco años en el el Oriente Medio para captar el día a día de las niñas que visten de niños, una costumbre condenada por las autoridades religiosas pero aceptada de forma velada en la sociedad. Sus series fotográficas al respecto han sido publicadas en medios como National Geographic o The New York Times.







El país de Medio Oriente fue clasificado como el segundo peor para las mujeres en todo el mundo según el Ranking de la Fundación Thomson Reuters 2018, que lo definió como «el más peligroso en términos de violencia no sexual, el peor con el acceso a la salud sexual y reproductiva y el lugar del mundo donde es más preocupante la falta de acceso a recursos económicos por discriminación hacia las mujeres».

Conoce más sobre el trabajo de Loulou d’Aki en su sitio e Instagram oficial.

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