El pensamiento rebasa completamente al cuerpo. ¿O es al contrario? La verdad del sujeto es su exterioridad y su excesividad, su exposición infinita, el cuerpo volcado hacia fuera como diría Jean-Luc Nancy en “Corpus”. El filósofo griego dice al respecto que “(…) esta idea gravita alrededor del discurso de Derrida sobre la Diferencia: la diferencia entre el pensamiento y el cuerpo, entre forma y contenido”. De esta manera, Corpus –como libro o vocablo que reorganiza lo que actuamos– expone un concepto de cuerpo que se contrapone a la idea platónica de la anatomía como prisión, casa o receptáculo del alma. La imagen de un envase que da paso a una metáfora de la deconstrucción orgánica o reescritura del cuerpo. Un nuevo cuerpo.
Entonces, ¿dónde y para qué queda el cuerpo frente a la conciencia? ¿Cómo y cuáles son los límites del intelecto ante la estructura física? De acuerdo con Nancy, siguiendo una lectura heredada de Gilles Deleuze y Félix Guattari, podemos relatar que ninguno de los dos debe exceder al otro y permitir que lo incorpóreo del sentido toque al cuerpo y que los actos del cuerpo arrojen intuiciones –aunque sean fugaces– de lo que hay afuera. De lo que permanece como alterno, externo y otro. Situaciones ejemplares para esto son los momentos de máximo enamoramiento o soledad; escenarios donde el paso in & out del sentimiento alcanzan niveles insospechados de decisión, arrebato o desesperación.
Las imágenes de Daniel Ramos Obregón, como un proyecto mixed media de arte contemporáneo, donde la escultura prostética invade al cuerpo humano haciéndolo una instalación aprehensible en la fotografía, son quizás el mejor ejemplo de estos postulados y la puerta a otro medios de comprensión al respecto del tema. Por ejemplo, el psicoanálisis.
En dicha especialidad, podemos hallar tres conceptos que fácilmente asimilaremos a partir de estas fotos y que, a su vez, pueden dar razón formal de éstas en tanto obras de arte como manifestaciones sensibles de lo que se vive durante el enamoramiento, el deseo y la soledad.
Ello
Se refiere a la parte más profunda, primitiva e innata de la personalidad, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente y está presente desde el nacimiento. Representa nuestros impulsos, deseos y necesidades más elementales y desorganizadas del ser.
Yo
Tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello, aunque trate de conciliarse con las exigencias del Superyó en tales ejecuciones. El Yo nos permite reconocer las decisiones que realizamos frente a los deseos y velar por la integridad general de la realidad.
Superyó
El superyó es la parte que contrarresta al Ello; representa los pensamientos morales y éticos adquiridos y aprendidos por la cultura, por el exterior.
Así, estos conceptos básicos de la psicología que parten de la tradición freudiana se acercan en extremo a la filosofía y conectan exitosamente con lo que en un principio tratamos acerca de Nancy y sus concepciones del cuerpo. Hay algo en nuestro interior que no resulta corpóreo, algo que viene de fuera y permea al pensamiento, y un intermedio que arbitra a ambas partes. Que anuncia lo que rodea y que responde a lo cercano.
Este proyecto, según el mismo Ramos Obregón, ha tomado como punto de partida el concepto de extrospección –inicialmente presentado por el filósofo Roman Krznaric– el cual propone que para conocerse, uno debe vivir hacia el exterior, experimentar la vida que uno se descubre y se configura.
Daniel Ramos se ha apropiado de tal concepto convirtiendo al cuerpo en desdoblamientos –proyecciones hacia lo otro, lo que sucede más allá del cuerpo en diversas direcciones– y fotografiando metafóricamente a la mente dentro del cuerpo como una forma de autoexpresión y representación. El artista retrata a ese cuerpo nancyano que es excesivo y marcado por su exterioridad, la anatomía humana que de acuerdo con el psicoanálisis descubre quién es advirtiendo la vida externa.
Siguiendo a Krznaric, quien dice que tras un siglo de introspección caracterizado por la búsqueda en lo que se mantiene adentro es tiempo en el siglo XXI de voltear hacia fuera, de aceptar lo que hay allí, que eso nos impacta y debe ser más tomado en cuenta para una buena mediación y funcionamiento de la psique humana. Es allí donde se encuentra Daniel Ramos Obregón y sus híbridos de escultura, performática y fotografía; en un plano de la conciencia y el cuerpo como agentes de la sensación y el acto que en términos amorosos o del aislamiento requieren obedecer las demandas de lo más profundo, mas no destruirse por lo superficial. Si estás interesado en revisar más de este tema, descubre Cómo interpretar tus sueños más recurrentes según el psicoanálisis y 10 películas inspiradas en el psicoanálisis de Sigmund Freud.
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Puedes conocer más del trabajo de Daniel dirigiéndote a su perfil en Cargo Collectiva