Estos son los rasgos que identifican a una persona narcisista, sólo que no son evidentes. De hecho, a simple vista parecieran tener la autoestima elevada, el ego como principal característica y también creen ser tolerantes a situaciones poco amables. Pero en muchas ocasiones, aquellos que son considerados narcisistas, no se percatan de sus actitudes.
¿Sabes reconocer a una persona narcisista? Es sencillo. Cuando están en las redes sociales, aparentan ser fuertes, independientes y por supuesto, se aman a sí mismos. Encontrarás una selfie, fotos de su día a día, publicaciones en las que relacionan a sus (cientos) de amigos o status en los que cuentan su vida personal, pero siempre poniendo como escudo su persona, porque al parecer, no hay nadie más importante que sí mismos.
No es que esté mal quererse a uno mismo, más bien es un problema que se transforma con el paso del tiempo y se convierte en un seria complicación, incluso se vuelve una patología casi imposible de tratar. Ellos se convierten en seres realmente incomprensibles y son capaces de hacer sentir mal a los demás y –por desgracia– el narcisismo se divide en facetas que son fáciles de identificar gracias al tipo de fotos que se suben en las redes sociales y si no lo crees, puedes empezar a stalkear a tus amigos y ver qué tan narcisistas son o echar un vistazo a tus propias publicaciones y medir tu propio nivel.
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Nivel 1
Las características de los pacientes que se encuentran en este nivel son casi las mismas, pero con mucha menor intensidad. Es decir, son conscientes de su actitud y tratan de enaltecer su estilo de vida y atributos físicos. Este nivel se caracteriza por postear selfies y alguna foto tomada por alguien más.
La selfie en el baño es típica y levanta el ánimo de cualquiera.
Si subes una foto cada mañana saludando a tus seguidores antes de salir de casa, en la cama o en camino al trabajo, comienza a preocuparte.
Una foto en los elevadores de la escuela, la oficina o el centro comercial sólo indica que necesitas atención.
Si te fotografías en el gimansio es porque quieres que las personas conozcan tu estilo de vida saludable, pero estas fotos sólo indican tu falta de interés en la actividad y la necesidad de verte bien frente al espejo.
Poner filtros a tus selfies es una señal de tu inconformidad con tu propio cuerpo.
Fotografiarte con tu mascota no te vuelve pet friendly.
¿Te gustan las fotos en pijama los domingos? Tu materialismo comienza a aumentar.
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Nivel 2
En este caso, ya necesitan un poco de atención especializada y un tratamiento adecuado que les ayude a revertir el problema. Estas personas suelen tener un complejo de inferioridad mucho más profundo y sus redes son testigo. No siempre subirán selfies, pero sí fotos que les hagan ver como personas mucho más interesantes, es decir, sonriendo, disfrutando de su vida y como si no tuvieran ninguna preocupación.
Las fotos a tu comida están bien, pero cuando no puedes dejar de fotografiar cada cosa que consumes con tu rostro al fondo, comienzas a tener un problema.
Lo mismo ocurre con el café. Sabemos que amas su sabor, pero subir una foto de cada taza que te tomas o de los vasos que llevan tu nombre es un poco excesivo.
No, una foto de –o en– la biblioteca no te hace intelectual y menos si posas “como si no te dieras cuenta”.
Tampoco las selfies en el trabajo o con tus compañeros de fondo son una buena señal.
En el museo. No llamas la atención como crees. Quizá no conoces muy a fondo al artista que estás viendo, pero la foto luce bonita.
Si te fotografías con tu pareja, tal vez no sea por presumir su amor, sino por mostrar un romance idealizado.
Monumentos, plantas, animales, banquetas, calles, objetos irreconocibles… si de pronto tus fotos comienzan a no tener un orden ni una idea, es probable que estés a punto de pasar los límites.
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Nivel 3
En este punto del narcisismo las personas presentan síntomas más profundos y casi imposibles de revertir, ya que los que los sufren creen estar sanos y con una percepción atinada de ellos mismos. No obstante, no entienden que le hacen mal a otros o que se comienzan a convertir en seres antisociales, con actitudes sublimatorias con fracasos en diversos ámbitos por su actitud, al igual que un déficit de atención y falta de autocontrol. En esta etapa tendrán siempre “un fotógrafo de cabecera” que captura sus mejores momentos.
Subir una foto en bikini y acompañarla con una frase motivacional, una canción o el fragmento de un poema puede ser síntoma de tu vanidad.
Si te gustan las fotos cuando vas de compras para que todos vean la frecuencia con la que consumes en tiendas departamentales, debes reconsiderar tu actitud.
Postear fotos en el antro no te hace social, más bien pareciera que no te diviertes en el lugar puesto que prefieres subir una Instagram story que bailar tu canción favorita.
Las fotos en la calle por mero gusto, tampoco son una buena señal. En realidad no aporta nada.
Los collages de tu cara no son tan divertidos como crees.
Si decides tomarte una foto en un jardín, en la banqueta o en un muro y colocas un filtro y una frase motivacional, conseguirás más likes, pero ten por seguro que no es original, ni bonita y tu fin no es mostrar el escenario, sino a ti mismo.
No siempre son selfies, a veces alguien puede tomar una foto por ti y hacerte ver completamente fabuloso. Esto sólo aumenta tu ego y quizá distorsione –aún más– tu autopercepción, pero en realidad no hay un remedio ni una forma de prevenir esta patología. Basta con ser tú mismo y tratar de quererte sin caer en los excesos. Recuerda que el amor propio no significa caer en la exageración y mostrar cuán feliz eres. Sube una selfie o una foto de tu mascota, pero no te conviertas en el protagonista de una historia falsa o idealizada.