Unas nalgas bien torneadas y redondas, nada de vello en ninguna parte del cuerpo, cejas delineadas, voz angelical, cero groserías, maquillaje todas las mañanas, dos litros de agua al día, uñas pintadas y lucir siempre fresca… éstas son algunas de las características que las mujeres debieron cumplir por años en una sociedad que las destinaba a casarse, tener hijos y divertirse en el cotilleo casual con sus amigas, otras señoras que repetían el gastado patrón.
Después de varios siglos, el papel de la mujer en la sociedad por fin comienza a ser relevante. En 1960 una mujer por primera vez estuvo a cargo de la dirección de un país: Sri Lanka. Ahora la potencia más grande del mundo podría ser dirigida por otra y nadie parece tener miedo.
Así como se han roto los estereotipos del papel de la mujer en la sociedad, en el ámbito sexual parece que aún no sabemos absolutamente nada. Si consideramos que en medioevo los orgasmos femeninos eran interpretados como algo material, maligno y hasta diabólico, podemos entender por qué nos cuesta tanto trabajo hablar de ellos con naturalidad y descubrir nuestro cuerpo para alcanzarlos solas o acompañadas.
No sólo los orgasmos, nos da vergüenza dejar que el vello en las piernas crezca, o que alguien note que ese día se nos hizo tarde y no nos dio tiempo de maquillarnos. Aún somos vulnerables ante la presión social. Mucho más que cualquier hombre pero pocas nos atrevemos a expresar lo que realmente queremos en una relación sexual. Muchas incluso preguntan a sus amigas cómo se siente un orgasmo.
La vergüenza debería ser por esperar que nuestra pareja se encargue de todo nuestro placer porque nosotras no sabemos hacerlo, pues nos da miedo mirar con un espejo nuestra vagina y conocernos completamente. Nos parece un sitio de nuestro cuerpo oscuro, húmedo, poco agraciado y hasta incómodo. Preferimos dejar las cosas ambiguas antes de considerar que nuestra vagina puede ser bonita, igual que el vello en las piernas o nuestra nariz chueca.
Vivimos para complacer los ojos ajenos en un vórtice que nos digiere antes de que sepamos por qué lo hacemos y cómo decidimos moldear nuestro comportamiento. En lugar de arreglarnos para nosotras, de sentirnos lindas aunque ese día no hagamos nada, nos convertimos en el humillante dolor de la construcción social de la mujer.
Para olvidar por fin eso, para hablar por sí misma, ser única y hermosa como quiera y sin seguir ningún estándar impuesto, la fotógrafa Arvida Byström retomó la sexualidad femenina para transformarla del paraíso erótico de los caballeros a la belleza absoluta y única de mujeres reales que a veces no se rasuran y está bien.
En sus fotografías no hay mentiras pero sí cierta brutalidad extravagante e incómoda que no sabemos cómo juzgar. Con su trabajo plantea situaciones reales que preferimos callar, porque como decíamos, aún no sabemos hablar de nuestro cuerpo sin la autocensura que se ha clavado en nuestro inconsciente cultural durante eras.
Arvida Byström fue muy criticada por su serie fotográfica “There will be blood”, en la que fotografió a mujeres menstruando pero también disfrutando su vida. Esta fotógrafa nacida en Estocolmo y con sede en Los Ángeles, tiene una marcada línea feminista en su trabajo y trabaja temas de sexualidad, la imagen del cuerpo, el género y, por supuesto, el papel de la mujer.
“Apesta sentirte como un freak y estar asqueado de tu propio cuerpo. Esto enferma a la gente”, asegura Arvida, quien se toma selfies como parte fundamental de su discurso artístico. “¿Por qué todos los cuerpos femeninos desnudos deben ponerse bajo la etiqueta de sexo? Un cuerpo debe ser capaz de ser un cuerpo sin ser sexualizado”.
Arvida ha trabajado con publicaciones relevantes alrededor del mundo como Wonderland Magazine, Vice, Rookie mag, Garage magazine, Lula Magazine, Dazed and Confused, Nylon o el British Journal Of Photography. Si quieres conocer más de su trabajo, puedes dar click aquí.
Así como Arvida Byström, existen otros artistas que muestran un lado completamente distinto de la sexualidad femenina. Puedes conocer el trabajo de algunas con el artículo “Las fotógrafas que están cambiando la forma en que se retrata la sexualidad y feminidad” y conocer diversas perspectivas con algunas películas.