La fotografía, como medio para mostrar la realidad, ha impactado al mundo de formas inmensurables. Situaciones, personas, gestos y más son atrapados por una lente y conservados para la eternidad. Lee Jeffries es un fotógrafo autodidacta quien decidió mostrar la verdadera cara de aquellos que son ignorados por la sociedad, la gente que para muchos es parte del decorado de la ciudad y es vista más como una molestia que como un ser humano: los adictos e indigentes.
Comenzando como un pasatiempo, en 2008 el ex contador inglés fotografió a una mujer que vivía en las calles de Londres, y al darse cuenta de esto, ella comenzó a gritarle desde el otro lado de la calle. Ante la situación, Jeffries decidió conversar con ella en vez de alejarse del lugar y fue entonces cuando descubrió la historia de una mujer que perdió a sus padres a los 18 años y no logró llevar una vida común.
Este acontecimiento cambió la vida del fotógrafo, quien comenzó a retratar a estas personas sin un fin lucrativo ni vouyerista, como muchos observan a estas personas. Lee se acerca a ellos y comienza a charlar, casi no escribe notas, pues esa acción suele generar desconfianza entre las personas a las que fotografía; después pide permiso para retratarlos. Los “modelos” han comentado que el que alguien se interese y hable con ellos les genera mayor gratitud que la de alguien que les da una moneda para poder seguir su camino con la conciencia limpia.
Según el artista, sus fotografías, retocadas digitalmente, guardan una apariencia de impresión análoga. Las texturas, las sombras, el claroscuro y las expresiones llegan a recordar las imágenes barrocas de hace cientos de años. El retrato hace que las caras muestren las facciones y las cicatrices naturales de estas personas, un dramatismo exagerado refleja las cicatrices internas, la lucha diaria de aquellos que sin voz son parte importante de la vida urbana.
Los retratos de estas personas tienen lugar en grandes ciudades como Londres, Nueva York, Roma o París, ciudades dinámicas que han dejado atrás a quienes no se han adaptado a las imposiciones sociales, culturales y económicas.
Circulando en grandes ciudades, estas personas son excluidas de la imagen de potencias económicas por no adaptarse a las imposiciones sociales, culturales o económicas o tal vez por decisión propia. Una de las historias que más impactó a Lee Jeffries fue en una de sus visitas a Miami en las que conoció a Margo Stevens, una ex estrella porno que ahora vive en un diminuto garaje con otras cinco mujeres adictas a quienes protege y ayuda. “No juzgo a Margo por tomar o usar drogas, ella está en la espiral por una razón que ya no importa. ella decidió no ayudarse a sí misma o tal vez no puede”.
Con un libro publicado, Lee ha ganado oro, plata y bronce en los premios de la Amateur Photographer magazine, hace poco donó 20 mil euros a una organización en París que ofrece ayuda a quienes no tienen hogar. Su primer fotografía ocurrió antes de correr un maratón en Londres, desde entonces todos los maratones que corre los hace con fines filantrópicos, las ganancias van a centros de ayuda para desamparados y adictos. También subasta fotografías y cámaras para ayudar a estas personas que, aunque él admite que no puede cambiar sus vidas, sí puede dejar un registro y llamar la atención de la sociedad para que los vea, los entienda y los ayude.
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