Al observar una fotografía la ficción se tambalea en los límites de la realidad, desde la invención de la cámara fotográfica el retrato fue el género que impactó a la sociedad pues una máquina era capaz de reproducir miméticamente la realidad común. Con la evolución y profesionalización de la fotografía se desarrolló también la idea errónea de que una foto es un testigo, un documento con tanta credibilidad como la memoria misma. El fotoperiodismo reforzó esa idea y la imagen fotográfica se consolidó como un lenguaje para narrar sucesos e historias. Las vanguardias artísticas del siglo XX fueron una ruptura con la estética tradicional del arte, la fotografía no fue una excepción pues el collage puso en tela de juicio la veracidad de una imagen, tal como el surrealismo puso en duda la naturaleza racional del ser humano.
El surrealismo surgió con el Manifiesto Surrealista publicado por el artista francés André Breton quien proponía la libertad de creación para dejar de limitarnos con lo posible y experimentar los impulsos viscerales del inconsciente. El surrealismo no ha perdido vigencia en los discursos del arte, por el contrario se adapta a las nuevas tecnologías para seguir explorando los sueños y la fantasía de lo irracional.
Herederos de los fotomontajes dadaístas y de la filosofía surrealista de la creación onírica, los siguientes exponentes de la fotografía contemporánea han encontrado en la utopía fantástica una narrativa visual para exteriorizar sus mundos interiores.
Kirsty Mitchell
Es una fotógrafa inglesa que a través de la lente de su cámara ha descubierto el país de las maravillas donde en sueños habita por instantes desde que era una niña. Cuando su madre fue diagnosticada con un tumor cerebral, la fotografía se convirtió para Mitchell en el único escape del mundo conocido que se desmoronaba frente a ella, su mirada artística creó un refugio para alejarse de la frialdad de los hospitales y el dolor de la incertidumbre. Su madre falleció en el 2008. Sus series fotográficas se convirtieron en un registro de las historias de su niñez en la ciudad de Kent, conocida como “El jardín de Inglaterra”.
La obra de Kirsty Mitchell revela pasión por la belleza y la imaginación, son retratos íntimos de su memoria en la construcción de un lugar alterno a la realidad que su inconsciente rechaza.
Para Kirsty Mitchell, una fotografía abarca más que el momento capturado, es todo un proceso que dura aproximadamente cinco meses. La artista disfruta el proceso de libertad que le permite vivir la fantasía que antes permanecía atrapada en su pensamiento, ella se encarga de diseñar el vestuario, elegir sus locaciones, diseñar los sets y la escenografía, y concebir los accesorios necesarios para que la imagen cuente una de sus fascinantes historias.
Ian Komac
A sus 19 años de edad este fotógrafo originario de Bélgica ha llamado la atención en el círculo creativo de la fotografía por la serie “60 days of summer” donde crea escenas surrealistas con influencia del dadá. Sus paisajes son resultado de una introspección, todo es válido para plasmar los impulsos que le inspiran desde su interior.
Sus escenas confrontan la naturaleza y el paisaje, el espíritu humano se refleja en su relación con el ambiente. Lo natural es un tema recurrente en la composición de su fotografías que proponen una nueva concepción del espacio y del tiempo a partir de explorar el mundo que nos rodea.
Ian Komac captura la esencia de sus sueños e ideales con la libertad de escarbar hasta lo más profundo del inconsciente. Valida los deseos de vivir en la fantasía como parte importante de sí mismo, Komac sabe que hasta el más ilógico de los pensamientos tiene el potencial de cambiar la realidad cotidiana. Su fotografía narra cómo él imagina que se ve su propio ser.
Tim Walker
Es un reconocido fotógrafo inglés, inició su carrera en la industria de la moda y es reconocido por trabajar para las portadas de publicaciones como Vogue y Harper´s Bazaar, además su estética llena de minuciosos detalles ha conquistado también el mundo de la publicidad al ser fotógrafo para campañas de marcas como Dior, Guerlain y Carolina Herrera. Los intereses y pasiones de Walker van más allá de la moda y las pasarelas, e incluso ha explorado en varias ocasiones su faceta como cineasta al colaborar con el director Tim Burton en un cortometraje, ese fue su primer acercamiento al universo del cine y actualmente se encuentra en el proceso de realización de un largometraje.
Su fotografía captura la magia de los momentos imposibles, su estética cuidadosamente concebida es el origen de un mundo mitad realidad, mitad fantasía tal como la vida diaria tan llena de ilusiones y dudas más que de certezas y verdades. Su obra forma parte de importantes colecciones de arte como la del “Victoria & Albert Museum” y la “National Portrait Gallery” en Londres.
El surrealismo de Xilitla en San Luis Potosí cautivó la mirada conceptual de Walker quien no perdió oportunidad de realizar una serie fotográfica en este lugar cargado de simbolismo y fuerza escultórica. “Strangers than Paradise” fue el título que le otorgó a las imágenes capturadas por su cámara, composiciones inspiradas en la obra pictórica de Remedios Varo y Leonora Carrington protagonizadas por la actriz Tilda Swinton.
La fotografía es una herramienta para visibilizar las pasiones y espejismos que nos atormentan invadiéndonos desde el interior, las sensaciones van más allá de toda lógica y explicación racional, es por eso que cuando se fusiona la mirada artística de un fotógrafo y la asociación libre de imágenes predicada por el surrealismo la razón pasa a segundo término y se convierte en un pensamiento difuso mientras la fantasía de lo improbable se apropia de la realidad, una realidad congelada en el instante preciso que la fotografía inmortaliza.