Mike Palmer es un fotógrafo inglés con residencia en Londres quien se reconoce un explorador universal. Viaja alrededor del mundo para registrar lugares y momentos, retratos personales y familiares, paisajes y sitios poco ordinarios.
El fotógrafo Mike Palmer ha logrado capturar los elementos más característicos de una construcción en ruinas; se trata de una cárcel abandonada desde 1970, localizada en Ontario, y cuyo acceso sólo es posible por medio de una canoa, a pesar de las dificultades que representa el lugar.
Palmer, dice, siente una poderosa pasión por lo que captura; sin embargo ve fácil quedarse atrapado en un patrón o estilo. En una entrevista para el Huffington Post, comentó que para él es importante empujarse a sí mismo con el fin de explorar terrenos; ir en busca de nuevas aventuras. Pues no se sabe con qué sorpresa se pueda enfrentar para realizar innovadores proyectos.
Para que el fotógrafo pudiera llegar a la prisión necesitó de un grupo de trabajo que tuviera el mismo instinto aventurero que él, pues menciona que la parte más difícil de este proyecto fue adquirir la energía necesaria para acceder al lugar.
Palmer se siente orgulloso del resultado porque pudo expresar en sus imágenes la inquietud y belleza posibles de hallar en el abandono. A pesar de que estas fotografías pueden generar cierta controversia sobre si son una manifestación artística por tratarse de instalaciones abandonadas, el fotógrafo genera involuntariamente una reacción en el espectador, no importa si ésta es de aceptación o rechazo.
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