El arte no abandona la psique humana, no se vende ni se regala. El arte se encuentra en todos lados y en ninguno. Hace falta sentirla para tomar por completo esa obra que sale del imaginario del artista hacia el mundo entero; lo demás es vanidad, es transacción. El arte no se recluye en una colección o una galería, mucho menos en un museo donde sólo los privilegiados que se encuentran en el lugar y momento adecuado podrán disfrutar. Quizás el arte urbano fue una de las expresiones que llegó para existir en la periferia de los espacios destinados al arte no sólo por su génesis callejero, sino por la ideología que poco a poco se formó. Con una existencia relativamente corta en comparación a otras expresiones artísticas, el denominado street art mantiene una ideología clara y concisa.
La calle es su hogar, las paredes que permiten ser vistas por quien pase es lo que hace de este arte… arte. Convierte lo que siempre ha sido privado en público, lleva a la ciudad lo que los museos esconden y genera un impacto visual que transforma las cajas grises en las que vivimos.
Es por eso que un museo del street art puede sonar como una contradicción. Una manera clara de cómo el capitalismo consume las expresiones y las vuelve mercancía. Pero también puede ser una manera distinta de abordar el arte que siempre se ha visto desde el exterior. No es nuevo que artistas pasen de la calle al museo e incluso a empresas. Muchos han hecho crecer su trabajo para luego adaptarlo al consumo masivo. Banksy es quizás el artista más famoso que ha vendido obras en miles de euros y tiene exhibiciones en galerías, lo que le ha traído grandes críticas por parte del círculo del street art.
El Long Beach Museum of Art abrió sus puertas a los artistas callejeros, a quienes ofreció las paredes del museo para que hagan lo que quieran. Con la exposición no sólo esperan mostrar diferentes formatos artísticos, sino también dar voz a los artistas que exhiben su trabajo en las calles y que, según ellos, “ahora deseen trabajar a puerta cerrada”.
Audrey Kawasaki
Cuando la exposición termine, las paredes serán pintadas de nuevo y el arte que se mostró pasará a la posteridad sólo por el registro que se haga de ella mientras viva. Las críticas llegarán y habrá qué ver cuáles son, si son positivas o negativas. Esta exposición sirve para cuestionar la legitimidad que el museo brinda a los artistas y si el street art es algo que debe pertenecer a ese circuito. Mientras tanto, estos son algunos de los artistas que puedes disfrutar hasta el 27 de septiembre en el Long Beach Museum.
Alex Yañez
Brendan Monroe
Jeff Soto
David “Meggs” Hooke
James Bullough
Aaron Horkey
NoseGo