La presunción no tiene límites y la cultura es el mejor ejemplo de ello. Se trata de un bien extraño, que se posee conforme más se conoce y a pesar de no encontrarse en la riqueza material ni económica, es capaz de crear una diferencia discriminatoria a través de un discurso que funciona a cualquier escala, separando entre cultos e incultos, o bien, entre quienes ostentan la alta cultura en contraparte a la cultura de masas.
Entre todas las expresiones humanas, el arte es uno de los terrenos más fértiles para el florecimiento de la presunción. En una sociedad miope, donde el éxito se concibe en términos monetarios, de alcance y número en función a la burda lógica del mercado, es natural que criterios alejados de la realidad artística sean utilizados como un termómetro cualitativo para expresar gusto y preferencia por una u otra obra de arte.
Un lienzo asegura su categoría de obra maestra en relación directa al precio de subasta. Si la pintura alcanza una cifra de venta estratosférica, es un hecho que la percepción general sobre la misma cambiará dramáticamente y mientras más caro, el mundo se deshará en elogios del genio y la técnica prodigiosa del autor; sin embargo, si la obra alcanza un precio promedio, será considerada común, sin potencial suficiente para ser una obra maestra.
Algo similar ocurre con los libros y evidencia la absurda correlación entre calidad y cualidades de mercado. A diferencia de los lienzos y pinturas, los libros no representan un ejemplar único e irreproductible, se imprimen por miles en cada tiraje una y otra vez, creando ejemplares idénticos listos para su difusión.
En el mercado de los libros, existe una categoría que se levanta como la reina indiscutible y al mismo tiempo, marca el pulso de las ventas de millones de textos a nivel mundial. Todos quienes asisten a una librería no dudan en hacerse del libro señalado con ella y contentos, creen haber elegido la mejor opción: se trata de los best sellers, una etiqueta que forma parte de la parafernalia de las editoriales y librerías alrededor del mundo, pero que debajo del ostentoso título, esconde obras y autores que podrían pasar desapercibidos. Éstas son las mejores razones por las cuáles es momento de hacerlos a un lado y alejarse de los estantes principales de tu librería:
Los best sellers no son los mejores libros
Un principio sencillo, pero incomprensible para algunos. El éxito de estos libros no está en su calidad narrativa, en la historia que cuentan ni los recursos del autor para inspirar o transportar al lector a otros mundos. Como su nombre lo indica, únicamente gozan de la cualidad de ser los más vendidos, no más. (Las últimas decisiones democráticas tomadas alrededor del mundo bastan para comprender que la opinión mayoritaria no es ninguna garantía y al mismo tiempo, puede ser la más descabellada).
–
No existe una lista real de los libros más vendidos
En realidad lo que los rotativos, librerías, tiendas departamentales y revistas consideran bestseller son los libros más vendidos en un periodo específico en una librería cualquiera, diferenciando entre marcas, editoriales o situación geográfica; de modo que no existe un indicador real donde participen el grueso de las librerías y editoriales para crear un ranking local o global fidedigno con información de los textos más vendidos.
–
Más que una obra maestra, se trata de una campaña publicitaria
El primer paso para crear un best seller es firmar un jugoso contrato con una casa editorial. Lo más importante es conseguir el mayor número de copias en cada edición, seguido de acuerdos de distribución con grandes librerías de presencia internacional. Por último, como toda mercancía, el volumen de la campaña publicitaria y el dinero invertido en ella determinará si el título alcanza lo más alto del escalafón de ventas a nivel doméstico y mundial.
–
Es bueno por ser un best seller y no al revés
¿Un libro se convierte en best seller porque es bueno o es bueno porque se trata de un best seller? La respuesta correcta, lamentablemente, es la segunda opción. Un ejemplo ilustrativo de este efecto está en las canciones de moda que suenan por la radio: ¿Cuál fue tu primera opinión al escuchar el hit del verano pasado, esa mezcla grotesca de ritmos y artistas? Lo más seguro es que haya sido de desaprobación total; sin embargo, el efecto mediático y los millones invertidos en su difusión poco a poco hicieron cambiar tu opinión. Al final, creíste que se trataba de un tema muy popular porque sonaba en todas partes, cuando en realidad su estrategia de difusión logró que fuera así y sólo por eso se tornó popular.
–
Aunque no se trata de una ley, por lo general ninguna obra maestra está contenida en un bestseller de portada llamativa y al alcance de la mirada y las manos en los estantes principales. Por supuesto, existen algunas excepciones y éstos son los 10 libros más vendidos que encabezan la lista que sí debes leer. ¿Cuáles fueron los títulos mejor posicionado según su nivel de ventas durante el primer semestre de 2016 de cada país de esta región del mundo? Descúbrelo después de leer “¿Qué dicen de los latinoamericanos los 10 libros más vendidos de 2016?”
