«Lucharemos hasta el final… Lucharemos en los mares y en los océanos, lucharemos cada vez con más firmeza y más fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, cueste lo que cueste, lucharemos en las playas, en el campo y en las calles, lucharemos en las colinas, no nos rendiremos jamás».
-Winston Churchill
Bien sabemos que en la guerra todo se vale y esa frase nunca tuvo tanto sentido como en la Segunda Guerra Mundial. No sólo es sorprendente conocer la habilidad y la facilidad con la que Adolf Hitler fue capaz de manipular la forma de pensar y actuar de miles de personas, también es necesario reconocer que durante esa época en ambos bandos —los Aliados y las Potencias del Eje— se desarrollaron estrategias más allá de lo antes visto, demostrando así que el ser humano es capaz de potenciar sus habilidades y de generar tácticas novedosas para acabar con el enemigo.
A continuación te presentamos algunas de las pequeñas acciones y decisiones que se tomaron durante el conflicto bélico y que involucran desde perros hasta juegos de mesa.
Una de las tácticas empleadas por el ejército ruso para hacer explotar tanques alemanes, fue entrenar perros para que se metieran debajo de ellos cargados con explosivos.; para adiestrarlos se les daba de comer bajo un tanque durante semanas, así asociaban el objeto con su comida. Días antes de soltarlos en la batalla se les privaba de alimento, por lo que al ser soltados en el frente iban directo hacia los tanques enemigos.
La SS tuvo en Berlín un burdel llamado «Salón Kitty» al que frecuentemente asistían diplomáticos extranjeros. Las prostitutas eran entrenadas sobre la forma de obtener información de los clientes una vez que estuvieran borrachos.
El gobierno de Estados Unidos prohibió en 1942 que las estaciones musicales de radio aceptaran peticiones de la audiencia para programar canciones. El gobierno tenía miedo de que un grupo de espías usara esa vía para infiltrar mensajes secretos como en Europa.
Adolf Hitler rechazó apoyar el desarrollo de la bomba atómica. El proyecto fue desechado al considerarlo como «tecnología judía».
Una de las primeras medidas que se tomó al iniciar la Segunda Guerra Mundial en el Reino Unido, fue mandar exterminar las serpientes venenosas del zoológico, esto para evitar que escaparan en caso de un bombardeo.
En 1940, el Ejército Imperial Japonés realizó un bombardeo a la ciudad china de Ningbo. Las bombas de cerámica estaban rellenas de pulgas infectadas con la peste bubónica; el resultado fueron numerosas enfermedades y más de 100 personas muertas.
Una de las operaciones secretas durante el enfrentamiento bélico se denominó «Proyecto Seal»; en ella, tanto Nueva Zelanda como Estados Unidos, buscaban crear una bomba tsunami capaz de devastar ciudades costeras. Se estima que fueron más de 3,700 bombas de prueba las que se detonaron en Nueva Caledonia (Oceanía) y Auckland (Nueva Zelanda).
En caso de que Alemania ganara la guerra, Adolf Hitler había decidido construir un «museo de la raza extinta» en el que se exhibirían objetos judíos. La mayor parte de lo expuesto serían cosas que fueron confiscadas en los campos de concentración.
El juego de mesa Monopoly se convirtió en una herramienta de los servicios secretos británicos durante la guerra, pues ayudó a que cientos de soldados ingleses escaparan de campos de prisioneros alemanes, donde se encontraban confinados. El gobierno de Winston Churchill llegó a un acuerdo con el propietario de la empresa que lo fabricaba para que se incluyeran mapas con rutas de escape y billetes reales en «ediciones especiales», destinadas a ser enviadas a los campos de prisioneros.
Irena Sendler, también conocida como «el ángel de Varsovia», fue una enfermera polaca que durante la guerra salvó a más de 2,500 niños judíos. Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, aunque no resultó ganadora.
El embajador de Perú en Tokio, Ricardo Rivera Schreiber, advirtió a la Embajada de Estados Unidos sobre un inminente ataque japonés a Pearl Harbor, pero fue ignorado.
Debido a las bajas temperaturas, los soldados rusos optaron por usar botas de un número mayor al suyo, esto con el fin de rellenarlas con paja y evitar que se les congelaran los pies.
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