Muchas veces en nuestras clases de Historia escuchamos sobre asesinatos, traiciones, incesto, lapidaciones, violaciones, villanos que se hacen pasar por héroes, entre otros horrores; si esa es la versión light para los libros de texto, ¿cómo será la verdadera Historia? Esa que es cruda sin censura y se hace incómoda de contar hasta para los historiadores. Páginas que siguen ocultas para muchos. Sin embargo, haciendo un poco de investigación, te presentamos algunos momentos de la Historia que se han omitido porque, sin duda alguna, parecen sacados de una película de terror o de algún libro de Stephen King.
1. El hombre que intentó salvar a Lincoln y asesinó a su esposa.
La noche en que Abraham Lincoln fue asesinado por John Wilkes Booth, él se encontraba en compañía de su esposa Mary, el Mayor Henry Rathbone y la esposa de éste, Clara Harris, hija de un prominente senador. Rathbone intentó evitar la muerte de Lincoln pero fue herido de gravedad por Wilkes Booth. La culpa que sintió el oficial por no haber podido detener al asesino del Presidente lo afectó tanto que se volvió mentalmente inestable y su vida cambió para siempre.
El 23 de diciembre de 1883, mientras ejercía como cónsul de los Estados Unidos en Alemania, Rathbone intentó matar a sus tres hijos, y cuando su esposa trató de detenerlo, le disparó. Por si fuera poco, la acuchilló repetidas veces. Para culminar con su acto de locura, Rathbone se acuchilló así mismo tal y como lo había hecho Wilkes Booth 18 años atrás. Cuando la policía lo encontró, cubierto de sangre, afirmaba repetidamente que había personas encendiéndose detrás de las pinturas de su casa. El Mayor Rathbone pasó de héroe de las fuerzas de la Unión a un paciente más en un manicomio, donde se quejaba de máquinas secretas en las paredes que bombeaban gas tóxico y conspiraciones de los enfermos para matarlo.
2. ¡¿Zombies en Italia?!
Uno se imagina la Italia del Renacimiento con muchos europeos vestidos en ropas elegantes entre obras de Da Vinci y Miguel Ángel. Lo que uno definitivamente no se imagina es The Walking Dead versión siglo XV. En 1494 se dio uno de los peores brotes de sífilis registrados en la Historia; sin los avances de la medicina moderna, esta enfermedad se manifestaba de manera potente en los infectados, haciendo que la piel de su cara, pies, ojos y narices se cayera poco a poco en pedazos. Sin mencionar que los labios y los genitales eran completamente destruidos de forma muy dolorosa y los enfermos tardaban meses en morir. Durante los años siguientes a este brote, era común ver a personas con la cara carcomida hasta el hueso, paseando por las calles de la Italia renacentista.
3. Cabezas que explotaron durante la erupción del Monte Vesubio.
El Monte Vesubio es famoso por haber enterrado en cenizas a la ciudad de Pompeya, pero lo que pocos saben es que el verdadero horror de esta erupción le tocó a la ciudad vecina de Herculaneum. Mientras Pompeya era calcinada por la nube piroclástica causada por la erupción, en Herculaneum las cabezas de las personas fueron golpeadas por fluidos calientes de roca fundida, barro y gases, lo que básicamente quiere decir que las cabezas de las personas explotaron. Literalmente, explotaron.
El cráneo humano está lleno de líquidos que si se calientan muy rápido, reaccionan como cualquier líquido en un microondas; a más de 500 grados Celsius, la piel de las personas se vaporizó, el cerebro se fundió y los huesos de la cabeza estallaron en menos de dos segundos.
4. El Holocausto de mascotas durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante la Segunda Guerra Mundial se dieron muchas historias de horror, personas convertidas en jabones, experimentos en niños, las novias del Führer, entre muchas otras; pero hay una que pocos saben, tal vez porque las víctimas no fueron seres humanos: antes del estallido de la guerra, en 1939, el gobierno británico creó un comité para decidir qué hacer con los animales en caso de que hubiera guerra.
La preocupación principal del comité era la escasez de comida, entonces, para remediar este posible problema, el gobierno imprimió un panfleto llamado “Consejos para los dueños de animales” en el que promocionaban una pistola especial. El panfleto decía que si los dueños de mascotas no podían mandar a sus animales al campo, entonces lo más benevolente era “destruirlos”. Una semana después, sin haber empezado todavía la Segunda Guerra Mundial, 750 mil mascotas fueron “destruidas”.
5. La primera asesina serial de la Historia.
La Pax Romana es uno de los períodos más pacíficos de la historia, pero irónicamente, la primera asesina serial de la que se tiene registro actuó libremente durante 15 años en esta época. El nombre de esta criminal era Locusta y su historia empieza cuando fue arrestada por envenenar a varias personas. Afortunadamente para ella, Agripina (la hermana de Calígula y madre de Nerón) decidió envenenar al Emperador Claudio, por lo que pidió ayuda a Locusta a cambio de un perdón imperial que liberaba de sus crímenes, pero no duró mucho tiempo.
Un año después volvió a ser arrestada por envenenamiento y de nuevo la familia imperial necesitaba de sus servicios. El Emperador Nerón perdonó a esta asesina a cambio de que envenenara a su medio hermano Britannicus, de apenas 13 años y heredero legítimo de Claudio al trono de Roma. Unos meses más tarde, Locusta fue recompensada con una villa y pupilos a los que pudiera enseñarles sus mortales artes.
La suerte de Locusta se acabó con el suicidio de Nerón, que fue capturada y ejecutada por el Emperador Galba en el año 69. ¿Cómo fue su ejecución? Algunos aseguran que fue violada públicamente por un animal salvaje (dicen que una jirafa) hasta la muerte. He ahí el Derecho Romano.
6. El compañero mortífero de Juana de Arco.
Todo el mundo conoce a la Santa Juana de Arco, heroína de Francia que luchó valientemente contra el ejército inglés por comando directo de Dios; sin embargo, dentro del círculo de aliados cercanos a la Santa, había uno especialmente devoto a ella: Gilles de Rais, uno de los caballeros más valientes del ejército francés. La razón por la que él no fue canonizado junto a Juana de Arco, es que además de héroe de guerra, este caballero también era un asesino serial. Sus víctimas preferidas eran los niños y adolescentes.
Su confesión durante el juicio hizo temblar a toda Francia: “Yo, Gilles de Rais, confieso que todo de lo que se me acusa es verdad. Es cierto que he cometido las más repugnantes ofensas contra muchos seres inocentes —niños y niñas— y que en el curso de muchos años he raptado o hecho raptar a un gran número de ellos —aún más vergonzosamente he de confesar que no recuerdo el número exacto— y que los he matado con mi propia mano o hecho que otros mataran, y que he cometido con ellos muchos crímenes y pecados. Confieso que maté a esos niños y niñas de distintas maneras y haciendo uso de diferentes métodos de tortura: a algunos les separé la cabeza del cuerpo, utilizando dagas y cuchillos; con otros utilicé palos y otros instrumentos de azote, dándoles en la cabeza golpes violentos; a otros los até con cuerdas y sogas y los colgué de puertas y vigas hasta que se ahogaron. Confieso que experimenté placer en herirlos y matarlos así. Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad. Sentía un gran deleite al estrangular a niños de corta edad incluso cuando esos niños descubrían los primeros placeres y dolores de su carne inocente”.Se dice que Gilles mató entre 80 y 800 niños, haciéndolo uno de los asesinos más prolíficos de la historia, junto con la Condesa Elizabeth Báthory. De Rais murió tal y como Juana antes que él: en una hoguera.
Estas historias no recuerdan -una vez más- que la realidad siempre supera a la ficción.
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