Después del Holocausto, Alemania atravesó un difícil periodo de transición, en el que los colaboradores del régimen nazi fueron juzgados, incluso pasaron por un proceso de desnazificación y bien se podría decir que más de uno lleva la culpa en sus hombros hasta la actualidad.
Será la culpa lo que también provocó que la mayoría de familias de agentes nazis intentaran negar su pasado y dar vuelta a la hoja, como sucedió con los Niemann, quienes lograron mantener en secreto la verdadera profesión del abuelo de Derek hasta su la edad adulta.
[Derek Niemann]
Mucho se ha intentado dilucidar sobre el proceso mental –algunos le llaman lavado de cerebro, otros simple convencimiento de las personas que colaboraron y trabajaron en los campos de concentración nazis–, pero si algo apunta Niemann es que durante los juicios, la mayoría de los enjuiciados no mostraron ninguna clase de remordimiento por lo que hicieron. En un artículo de BBC Mundo, Andrew Bomford cuenta la experiencia que vivió al lado de Niemann:
«Mi abuelo, al igual que otros oficiales de la SS, fue sometido a un intenso ejercicio de lavado de cerebro. Si te fijas en unos 300 criminales nazis que estaban en la prisión de Landsberg esperando la pena de muerte, ninguno de ellos -ni uno- mostró remordimientos por lo que había hecho».
Derek Niemann replicó su experiencia en el libro A Nazi in the Family: The Hidden Story of an SS Family in Wartime Germany, después de que descubrió por accidente el pasado de su abuelo. Cuenta la historia que Derek acompañó a su esposa Sarah a una conferencia en Berlín y quiso visitar la casa en donde su padre creció. Esto provocó que cuando buscara la dirección en Internet uno de los primeros resultados fuera una descripción del nombre de su abuelo y el veredicto de su juicio:
«SS-Hauptsturmführer Karl Niemann […] crímenes de lesa humanidad, uso de mano de obra esclava».
El impacto de la noticia fue todavía más profundo cuando visitó la casa antigua de su padre y encontró que la familia que residía ahí había guardado una serie de 500 negativos que retrataban ni más ni menos que la doble vida que Karl Niemann llevó. Para su familia, Karl era un oficinista más, que iba y venía con su uniforme nazi.
Sin embargo, en realidad, Karl llevaba las finanzas de una empresa de la SS que fabricaba muebles y suministros de guerra, que utilizaba la labor forzada de los judíos en los campos de concentración. Según los recuerdos del padre de Derek, su abuelo negaba saber qué sucedía en los campos más allá de la labor esclava.
«Su madre dijo: ‘Están quemando a los judíos. Los están matando y luego están quemando los cuerpos'”.
“Mi abuelo dijo: ‘No, no harían eso'”.
“Mi abuela dijo: ‘Sí, lo harían. ¿No puedes oler la carne?’»
Niemann, utilizó esta experiencia, así como su contacto con grupos de familiares tanto de víctimas como victimarios del Holocausto para escribir su libro ‘A Nazi In The Family’, mismo que ha suscitado la comparación entre la perspectiva de aquellos que no veían —o se negaban a ver— el horror de la segregación y el antisemitismo; así como el de los familiares de las víctimas.
Encontrar estos “secretos familiares” sin duda es una práctica más común de lo que a cualquiera le gustaría admitir, y en muchas ocasiones las revelaciones ocurren de manera incidental, como a Derek Niemann.
Son estos relatos, contados a través de hijos y nietos los que contribuyen a la formación de la memoria colectiva de estos sucesos, asimismo, demuestran el impacto que aún tienen en nuestra sociedad y evidencian la necesidad que tenemos de no olvidar, así como de traer la luz hacia otros genocidios y violaciones de los derechos humanos de tantos pueblos alrededor del mundo.
Lee más sobre la historia de Derek y su descubrimiento en BBC Mundo.
También te puede interesar:
El día que un ejército latinoamericano masacró a miles de indígenas mayas y comenzó un genocidio
4 terribles genocidios que no conocías porque Hollywood no hace películas sobre ellos