Uno de los personajes más relevantes y enigmáticos de la historia de México y de quien, sin embargo, no muchos han escuchado hablar, es Gonzalo Guerrero, padre de los primeros mestizos nacidos en tierras mexicanas.
Guerrero nació en Huelva, España, aproximadamente en el año 1470. Desde muy joven fue soldado y participó en la caída de Granada, acontecida en enero de 1492, evento que puso fin a la dominación árabe de España durante ochocientos años.
En 1510 se embarcó para América y, un año más tarde, mientras viajaba del golfo de Darién (Panamá) rumbo a la isla de Santo Domingo, su barco naufragó, quedando varado, junto con otros pocos sobrevivientes, entre quienes se encontraba Jerónimo de Aguilar (quien luego se convertiría en el primer intérprete de Hernán Cortés) en la península de Yucatán, territorio que para ese entonces aún era desconocido para los europeos.
Ahí, Guerrero y sus acompañantes fueron capturados y esclavizados por los mayas. Víctimas del extenuante trabajo o sacrificados a los dioses, todos los náufragos, menos Gonzalo Guerrero y Gerónimo de Aguilar, murieron. Guerrero, sin embargo, pronto se hizo notar por su gran habilidad para la estrategia y el combate, lo que le permitió ser reconocido por su captor, el cacique Taxmar, perteneciente al linaje de los Tutul Xiu. Poco después, Guerrero fue vendido al cacique Na Chan Can, gobernante del reino de Chactemal (hoy Chetumal).
A partir de entonces, el papel de Guerrero entre los mayas cobró mayor relevancia y, mientras poco a poco iba haciéndose parte de su sociedad adoptiva: labrándose la cara, horadándose las orejas y vistiendo con pieles, plumas y taparrabos, se ganó el respeto y la admiración de Na Chan Can quien no sólo lo convirtió en jefe de su ejército, sino que le entregó en matrimonio a su hija, la princesa Zazil Ha. Unión de la que nacieron los primeros mestizos mexicanos.
Con la intrusión de los españoles en territorio maya, Guerrero se mantuvo fiel a su reino adoptado y pese a los pedidos de que, tal y como lo hiciera Jerónimo de Aguilar, regresara a los suyos, se negó, alegando que tenía esposa e hijos y que no podía abandonarlos. Gracias a Gonzalo Guerrero y a sus estrategias de combate, la conquista de Yucatán, se vio frustrada en dos ocasiones: 1527 y 1535.
Gonzalo Guerrero, llamado por sus compatriotas “El Renegado”, murió en Puerto de Caballos, hoy territorio de Honduras, el 13 de agosto de 1536, asesinado por el disparo de un arcabuz español.