Charles Spencer, conocido artísticamente como Charles Chaplin, fue un reconocido actor de comedia, compositor, productor, guionista, director, escritor y editor británico que logró obtener popularidad en el cine mudo tras participar en diversas películas con su icónico personaje Charlot, un entrañable vagabundo que, además de tener refinados modales, solía vestir de manera elegante con pantalones bombachos, zapatos grandes, un bastón y un sombrero bombín.
En algunas de sus cintas, Charlie Chaplin regaló a su público escenas surrealistas que marcaron a toda una generación, sin embargo, estuvo involucrado en un hecho histórico aún más extraño que sucedió tras su fallecimiento a los 88 años en la Navidad de 1977 en Corsier-sur-Vevey, Suiza.
Chaplin fue enterrado en el cementerio de aquel pueblo y como si tratara irónicamente de una escena de una película surreal, su cuerpo fue robado de su tumba meses después.
El robo del cuerpo de Charles Chaplin de su tumba
En la madrugada del 2 de marzo de 1977, dos meses después de su fallecimiento, los trabajadores del cementerio en aquella localidad en Suiza encontraron la tumba de Chaplin vacía. La autoridad inmediatamente pidió ayuda a la Interpol, pues en el lugar había huellas de pisadas y marcas de las ruedas de un auto dirigidos hacia la puerta, pero hasta ahí, no había más pruebas y por ello comenzaron las teorías.
Las diferentes teorías
La primera de ellas fue que se trató de robo para sacarle provecho monetario, pero después como circuló el rumor de que Chaplin era judío, señalaron que el Mossad israelí supuestamente cometió la acción para que el actor no descansara en un cementerio de otra fe.
Por otro lado, se dijo que los n*zis estaban cobrando venganza al actor por una sátira en la cinta El Gran Dictador, que algunos fans querían llevarlo de vuelta a Inglaterra o hasta que todo se trató de un acto de terrorismo.
La verdad salió a la luz
El robo del cuerpo de Chaplin sí se trató de un secuestro para obtener dinero. Oona O’Neill, la viuda de Chaplin, comenzó a recibir llamadas telefónicas en las que se le exigían cantidades muy altas de dinero. La primera ascendía a 600 mil dólares y posteriormente 500 mil, pero ella se negó a pagar el rescate alegando que “Charlie lo hubiera encontrado ridículo”.
Tras esto, la policía comenzó una dura investigación, lograron captar el origen de las llamadas y así fue como capturaron a los ladrones.
Se trató de Roman Wardas, un joven refugiado polaco de 24 años y Gantscho Ganev, un hombre de Bulgaria de 38 años. Wardas confesó que se le ocurrió el robo del ataúd después de leer la noticia de que la policía italiana había recuperado en Bari el ataúd y el cuerpo sin vida de Salvatore Matarrese, padre de un importante senador. Fue entonces cuando se puso en contacto con Ganev para que fuera su cómplice.
La pareja mencionó que desenterraron el ataúd y lo colocaron en el automóvil de Ganev, quien lo llevó al campo donde el cuerpo fue enterrado nuevamente en una tumba poco profunda ubicada en un campo de trigo cercano al cementerio del que había sido robado.
Ganev fue condenado a 18 meses de prisión y Wardas como autor intelectual, fue sentenciado a cuatro años y medio de trabajos forzados.
El cuerpo de Chaplin volvió a ser enterrado en su tumba original, pero esta vez en un habitáculo de hormigón para evitar un nuevo robo de cadáver.