Promotor de una revolución cultural que permitiera la integración y liberación de los grupos sociales excluidos en México, Centro, Sudamérica y el Caribe. Dicha filosofía estaba más allá de la iglesia católica, de los gobiernos y de las instituciones. Nacido al sur de la Ciudad de México el 28 de octubre de 1907. Sobrino de Lázaro Cárdenas del Río, del arzobispo José Mora y del Río y fue el menor de 12 hermanos.
Durante la época de Luis Echeverría y José López Portillo, Sergio Méndez Arceo fue un crítico de las desigualdades producidas por el modelo económico y del autoritarismo del régimen político mexicano. Siempre expuso sus cuestionamientos en la lógica de la construcción del diálogo y la búsqueda de acuerdos.
La represión estudiantil de 1968 es punto de quiebre para la vida política y social del país, pero también para la actividad pastoral del obispo Rojo de México, quien echó a andar una revolución distinta que estaba orientada a un cambio profundo de las estructuras sociales, económicas y culturales. Lo importante no era derrocar al gobierno autoritario, sino hacerse escuchar con la esperanza de que hubiese un cambio en su actitud, un cambio que también era necesario en la propia sociedad.
Denunció las invasiones de Estados Unidos en Vietnam, en Centroamérica y Cuba. Durante los años setenta condenó los violentos regímenes militares en Latinoamérica, e impulsó el movimiento Va por Cuba.
Después de declararse públicamente partidario del socialismo, Sergio Méndez Arceo ratificó esta opción asistiendo al Primer Encuentro Latinoamericano de Cristianos por el Socialismo, celebrado en Chile entre el 23 y el 30 de abril de 1972.
Desde 1979 apoyó la Revolución sandinista en Nicaragua. Creó el comité Manos Fuera de Nicaragua, para apoyar la resistencia del pueblo nicaragüense contra los ataques de la contrarrevolución, financiada por el gobierno de Estados Unidos desde Honduras.
Por sus declaraciones a favor del socialismo y por ser un activo promotor de la teología de la liberación en América Latina, Sergio Méndez Arceo fue reconocido como el obispo Rojo y llegó a proponer la unidad latinoamericana, incluso por encima de la fe religiosa.
Creó un amplio movimiento de solidaridad con el pueblo de El Salvador, mediante comunidades eclesiales de base. También creó un Comité de Ayuda a los Refugiados Guatemaltecos.
Visitaba las comunidades de refugiados y emigrantes que se organizaban en torno al movimiento Sanctuary en Estados Unidos, principalmente en el estado de California.
Realizó continuas campañas y acciones para denunciar las atrocidades de los regímenes militares del estadounidense Plan Cóndor para el Cono Sur, financiado por la CIA.
El 17 de abril de 1981, en una medida drástica claramente en contra del Gobierno federal mexicano, el obispo Sergio Méndez Arceo promulgó una excomunión contra todo aquel católico que torturara a cualquier persona.
En 1982 presentó su renuncia al obispado, desde el que había generado durante décadas una gran molestia para la Iglesia católica. El 28 de diciembre de 1982, Juan Pablo II aceptó su renuncia.
Hacia 1992 se estableció en México el premio “Don Sergio Méndez Arceo”, que se otorga como reconocimiento a organismos y activistas que luchan en favor de la paz, la autodeterminación de los pueblos y el respeto a los derechos humanos.
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La lucha por el cambio la hacemos todos, como estas 5 mujeres que cambiaron la forma de ver al género femenino. De paso, descubre El hombre de la historia que creías bueno pero que intentó vender a México.