Adorados a lo largo de la historia, inmortalizados en la cultura popular y con tanto desdén como elegancia, los gatos son la segunda mascota favorita del mundo, con más de 700 millones de ejemplares dispuestos por todo el globo.
Los instintos de estos pequeños felinos son bien conocidos por todos quienes alguna vez han tenido uno de mascota. Aún en casa, los gatos mantienen su naturaleza depredadora y suelen manifestarla cazando insectos (como mariposas o palomas), lagartijas o pájaros, aún cuando éstos animales no forman parte su dieta y únicamente son atrapados como un rezago evolutivo de su naturaleza salvaje.
Para la mayoría de personas que tienen como animal de compañía a un gato, el hecho de encontrar una víctima debajo de la cama puede ser gracioso y en ocasiones es interpretado como una ofrenda para el dueño; no obstante, este comportamiento está acabando con decenas de especies animales en Australia con consecuencias catastróficas para los ecosistemas del país oceánico.
Con la intención de frenar el desequilibrio en la fauna local, el gobierno australiano ha puesto en marcha una iniciativa controversial: en su meta de sacrificar a dos millones de gatos, ha lanzado una convocatoria para recompensar con hasta 5 millones de dólares australianos a aquellas comunidades que colaboren en la labor.
Según el gobierno australiano, se trata de un intento por salvar a las 124 especies de fauna nativa que se encuentran en peligro de extinción por los hábitos cazadores de los más de 20 millones de gatos que viven en la isla subcontinental. Estos felinos han llevado a la extinción a más de 27 mamíferos desde su llegada a la isla junto con los conquistadores europeos, hace más de 200 años.
«Los gatos salvajes son la principal amenaza para nuestras especies nativas y ya han llevado a la extinción a 20 de las 30 especies de mamíferos perdidos», afirmó Gregory Andrews, Comisionado de Especies Amenazadas.
Entre los animales en peligro de extinción por la depredación de los gatos están distintos mamíferos y marsupiales icónicos de Australia, como el warru (una especie de canguro pequeño que suele ser presa fácil de gatos salvajes), algunas aves, insectos y reptiles. Andrews dejó claro que no se trata de una persecución sinsentido, sino de una decisión tomada para salvar a especies que definen a los australianos:
«No estamos matando gatos por el simple hecho de hacerlo, ni porque odiamos a los gatos. Tenemos que tomar decisiones para salvar a los animales que amamos, aquellos que nos definen como una nación».
El plan a corto plazo es sacrificar a más de dos millones de gatos callejeros y posteriormente reducir a la población de gatos domésticos, incluso algunas organizaciones apuntan a la necesidad de implementar una licencia para tener un gato como mascota.
¿Crees que se trata de una medida exagerada, o necesaria para preservar a las especies endémicas de Australia?
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La ilustración de este artículo es de Luis Atilano. Conoce más de su trabajo en su Instagram Oficial.